Alguien me preguntó en clase algo parecido a esto hace unos días. Es una forma más concreta de la pregunta “¿Para qué sirve la filosofía?” que se hacen aquéllos que no la entendieron o no pusieron intención alguna en entender su función ( además de los que estáis empezando a conocerla). Voy a iniciar la reflexión, pero lo que en verdad me gustaría sería que vosotros fueseis completando en los comentarios o en clase la respuesta a esta pregunta.
En primer lugar se me ocurre que, sin filosofía, no tendríamos una reflexión digna de ese nombre acerca de las leyes. Las leyes tratan de proteger los derechos de cada uno. Pero, ¿cuáles son nuestros derechos? La filosofía trata de dar argumentos para concluir en algo parecido a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Por qué los seres humanos poseemos dignidad? ¿En qué consiste esa dignidad? ¿Por qué podemos considerar que atentar contra la dignidad de un ser humano es algo negativo que hay que sancionar y evitar? Estas preguntas son filosóficas. Los juristas elaboran las leyes, pero estos juristas fundamentan las leyes que se refieren a los derechos de las personas en torno a argumentos de carácter filosófico. ¿Qué pasaría en una sociedad que no reflexiona? Parece, entonces, que la fuente del derecho sólo estaría en los mitos, en las narraciones legendarias a las que una sociedad refiriese sus normas y costumbres. Y al final las leyes señalarían determinadas clases como privilegiadas por argumentos de carácter religioso, como pasó durante todo lo que duró la Edad Media y el Antiguo Régimen. Es decir, no a todo el mundo se le aplicaría la ley y habría siempre personas de las que se podría abusar sin que nadie lo impidiera. Y además, ese abuso estaría justificado, legitimado por leyes injustas. (Por cierto, ¿qué saber o actividad humana tiene como objetivo responder racionalmente a la pregunta sobre en qué pueda consistir el valor de la Justicia?) ¿Y qué pasaría con la educación si no existiese ningún planteamiento filosófico? Las preguntas del estilo de “¿Qué es educar?” o”¿En qué valores debemos educar y por qué en esos precisamente?”. No podemos encontrar respuestas si no pensamos esta cuestión. Una sociedad tiene que educar a los nuevos ciudadanos, y transmite siempre unos determinados valores. En una sociedad con pensamiento, se intenta llegar a establecer racionalmente qué valores sirven a la convivencia y cómo debemos resolver los conflictos. Según las respuesta a estas preguntas, así deberemos educar a los nuevos ciudadanos. Pero ¿y si nunca nos preguntamos para qué educamos nuestros niños y jóvenes? Al final sólo podríamos educar transmitiendo sin más las costumbres establecidas, sin crítica alguna. Además el poder acabaría decidiendo en que valores hay que educar. Y si es el poder el único que decide y nadie cuestiona las cosas, ¿en qué valores decidirá ,alguien que está en el poder, educar? Pues aquellos que le mantengan más tiempo en el poder a él y a los suyos, es decir, en aquellos valores que simplemente hagan a los ciudadanos obedientes a las leyes impuestas y productivos. No es nada malo ser obedientes con las leyes democráticamente establecidas, ni trabajar para poder vivir. Pero sí es malo obedecer leyes impuestas injustamente en beneficio de un poder y limitarse a producir-consumir como el único horizonte vital. Por cierto, sólo hay una educación posible desde la filosofía: la educación para conseguir individuos libres, que tomen decisiones autónomas sobre sus valores y su destino.
Se me ocurren otras consecuencias, pero las dejo para vosotros.