Seguro que alguna vez todos nos hemos preguntado cuál es el sentido de nuestra vida, hacia donde nos dirigimos y sobre todo el porqué de nuestra existencia.
Vivimos en un mundo donde la fe cada vez es más escasa y sin embargo es una de las fuentes más apreciadas que un individuo podría contener. La fe nos otorga una cierta imaginación hacia un espacio del cual no conocemos relativamente nada, es decir, creemos en ciertas existencias no materiales o mejor dicho en realidades que no necesitan ser comprobadas. Cuando se escucha hablar de la fe, siempre es relacionada con la creencia, mientras que en realidad hay un factor ignorado que interviene en una gran parte: la confianza. Muchas veces la confianza es interpretada como un sinónimo de creencia, cuando en realidad el significado de esta quiere decir el creer en que cierta cosa esta basada en hechos reales, o cierta persona es la que pensabas que era.
Partimos de esta base, la fe, para hablar del sentido de la vida.
Estamos aquí presentes en esta vida con varias funciones, cada quien puede tener las suyas, pero en general todas las personas nacemos para ser felices, para hacer el bien, para divertirnos, y sobretodo para disfrutar. Todo esto y más nos lo imaginamos y tenemos en nuestra mente que tendrá un fin el día de nuestra muerte, pero sin embargo ¿quién sabe si en realidad tendrá fin? ¿Si habrá una vida después de la muerte? Son preguntas que algún día u otro se nos han pasado por la cabeza; unas preguntas sin respuesta, ya que no está experimentado el hecho de seguir con una vida después de la muerte. Pero si la vida de una persona terminara el día de su muerte ¿no creéis que no tendría sentido? No tendría sentido todo lo que llegamos a realizar en la vida o el hecho de nacer sabiendo que cualquier día puedes morir o todo lo que se llega a luchar por ciertas cosas para luego caer, lo que significa una perdida de tiempo ya que sin una vida después de la muerte todo tendría fin.
No obstante, para creer en ello, necesitamos a la fe ya que es la que nos ayuda a creer en ciertas ideas de las cuales no hemos comprobado si realmente son verdaderas o no. Pero no hace falta pensar tanto para darse cuenta que el estar en esta vida sonriendo de la felicidad, llorando de la tristeza, luchando para conseguir cierto propósito, alegrarse de la emoción… no sirve de nada si dura solo un tiempo determinado.
Otra razón por la cual creer en la vida después de la muerte es la recompensa o el castigo según los actos realizados por cada persona. ¿No creéis que el hacer el bien, el ser solidario, el ayudar en momentos necesitados… merece una recompensa? ¿O que la persona delincuente, asesina reciba castigos por el mal comportamiento? Sinceramente se ha de ser justo con todas las personas y en este caso esta justicia incluye el beneficio a las personas que no causan el mal y el perjuicio a todas aquellas partidarias de la violencia.
Por esta razón, una vez fallecida la persona, el alma de esta siempre se mantendrá viva sea juzgada sea de haber hecho el bien, lo que conlleva a la dirección del paraíso, o sea, juzgada de haber hecho el mal, lo que significa pasar directamente al infierno como castigo.
En conclusión pienso que estamos en esta vida para disfrutar de ella, para hacernos cargo de las posibles consecuencias de nuestros actos y como objetivo poder después vivir una vida eterna como resultado de todo el bien realizado.