Escrito por Luis Roca Jusmet
El curso
Seguridad, territorio, población lo dio Michel Foucault en el Collège de France entre enero y abril del año 1978 es imprescindible para entender la noción de biopolítica. Por la densidad de los contenidos del curso empezaré comentando las clases de enero.
La perspectiva del curso, empieza señalando Foucault, es la del biopoder. Definición : es el conjunto de mecanismos por medio de los cuales aquello que, en la especie humana, constituye su parte fundamental, pasará a formar parte de una política, una estrategia política, una estrategia general de poder. Es decir, que a partir del siglo XVIII, la sociedad, las sociedades occidentales modernas, tomaron en cuenta el hecho biológico fundamental que la especie humana es una especie biológica.
Antes de empezar el análisis el fil'osofo francés presentara una serie de planteamientos metodológicos. Se trata de un análisis de mecanismos de poder, no de una teoría general del poder. El poder no es un añadido a un tipo de relaciones ( por ejemplo, familiares o sexuales) sino un elemento constituyente. El análisis es filosófico, entendiendo por filosofia una política de la verdad.
Otra cuestión es que este discurso analítico no debe ser imperativo, en el sentido de decir está mal o está bien. Más bien lo que hace, o puede hacer, es plantear elecciones estratégicas en términos de fuerzas : si quiere luchar contra esto hay que señalar las líneas de fuerza por donde avanzar y los obstáculos con los que uno puede encontrarse. Por último, hay que marcar la relación entre poder y verdad.
El primer problema que plantea el curso el de la seguridad. La seguridad se contrapone a la disciplina. Los dispositivos disciplinarios los estudia en uno de sus libros más conocidos : "Vigilar y castigar". Se trata de la normalización disciplinaria a través del control minucioso de los cuerpos y las almas. hay un modelo a seguir y hay que domesticar a los humanos para que se parezcan al máximo a este ideal. la obediencia es la condición. Se trata de obligar a hacer unas cosas y de prohibir otras. La familia, la escuela, el ejército, la prisión siguen estos procedimientos disciplinarios. la norma es básica, es el carácter fundamental y primario de la disciplina. Se impone a partir del siglo XVII.
Pero a partir del siglo XVIII se consolidan otros dispositivos ( sin sustituir a los anteriores). Son los de la seguridad, que son dispositivos para gestionar las series abiertas que solo pueden controlarse a través de probabilidades. Se trata de buscar la media, los límites, los porcentajes estadísiticos de normalidad. Se trata de regular y prevenir, además de intervenir. Más que una norma que se impone es una regla que regula. A partir del siglo XVIII el gobierno de las conductas se hace no solamente a partir de los dispositivos disciplinarios, también con los dispositivos de seguridad.
Pasamos de la ley del poder soberano, que deja vivir y hace morir cuando no se cumple. Es un gobierno sobre bienes y territorios más que sobre personas, que deben limitarse a cumplir porque es su vida la que está en juego. Luego viene la biopolítica, que es una hacer vivir de una determinada manera y un dejar vivir. la vida debe ser productiva. norma del poder disciplinario, poder sobre cada cuerpo y cada alama, que deben conformarse a un modelo. Es autoritario. Finalmente la regla que garantiza la seguridad, los límites donde las conductas pueden hacer. Es liberal, por que deja hacer. La libertad es necesaria para su funcionamiento.
En las sociedades contemporáneas hay que entender en que medida se combinan el poder de la ley, con el de la disciplina y el de la seguridad. En cada sociedad es un caso diferente donde predomina una sobre la otra. En las democracias liberales avanzadas está claro que es la seguridad la que predomina, pero sin olvidar la norma disciplinaria. Y la ley se plantea desde una soberanía que no es la del emperador, el monarca, el señor feudal sino el pueblo.