Escrito por Luis Roca Jusmet
La relación de Michel Foucault con el psicoanálisis es, ciertamente, compleja. Esta complejidad pasa por la ambigüedad, a la que da lugar no su falta de claridad y precisión, sino su ambivalencia. Foucault experimenta hacia el psicoanálisis tendencias que podemos considerar opuestas. Pero no por ello hay que considerar que no hay una cierta incoherencia.
Foucault se interesó en su juventud por la psicología. Su maestro Georges Canguilhem. médico y filósofo de la ciencia, era reacio a la consideración de la psicología como una ciencia, En esta época Foucault trabaja el tema de la locura, que empieza con su
Enfermedad mental y psicología y concluye con su
Historia de la locura en la época clásica. Foucault tendrá también la influencia de Althusser y respirará la moda del estructuralismo, al que también le conducirá otro de sus maestros, Georges Duméziel.. En su libro
Las palabras y las cosas se inscribirá en la cruzada antihumanista de Althusser y Lacan. La lingüística ( Saussure), la etnología
( Levi-Strauss) y el psicoanálisis ( lacan) serán instrumentos útiles en esta "Muerte del hombre" que nauncia Foucualt. También Foucaul será receptivo al valor crítico de los llamados "maestros de la sospecha" ( Marx, Nietzsche y Freud)
A principios de los 70 se publicará
El Anti-Edipo , una crítica radical al psicoanálisis lacaniano de su amigo Gilles Deleuze y Félix Guattari, psiconanalista lacaniano convertido en su contrario. Foucaul hará el prólogo del libro, que titulará "Introducción a una forma de vida no fascista" pero evitará entrara directamente en ataques a Lacan. Foucault y Lacan se profesaban, desde la distancia, un respeto. Elisabeth Roudinesco, que escribió una interesante biografía sobre Lacan, comenta que éste saludó favorablemente la aparición de
La historia de la locura de Foucault y que éste escrito le inspiró su texto
Kant con Sade. También cita la presencia de Lacan en la conferencia de Foucault "¿ Qué es un autor?" sobre el discurso. Lacan escribiría después su teoría de los cuatro discursos. Foucault, por su parte, es posible que asistiera a alguno de los seminarios de Lacan. Pero seguramente Foucault fue influenciado por los escritos de Lacan, en el tema del sujeto y en el de la verdad. De hecho, en su último seminario Foucault dirá que los únicos contemporáneos que han tratado el tema del sujeto y la verdad, son Heidegger y Lacan. Aunque Foucault dirá que se sentirá más próximo al camino de Heidegger que al de Lacan, Heidegger será una inlfuencia compartida por ambos.
De todas formas, en el primer libro de su
Historia de la sexualidad, el psicoanálisis no es otra cosa que una herencia del poder pastoral del cristianismo, Paralelamente Foucault rá elaborando su teoría del poder pastoral. Es decir, la transformación de las tecnologías del yo para el cuidado de uno mismo propias de las escuelas alejandrinas y romanas, en las maneras de dominio cristianas basadas en la odediencia. Obediencia basada en un descubrimiento del yo cuyo elemento clave es la confesión.
Quedan de esta manera apuntados toda una serie de aspectos sobre esta compleja relación entre Foucault y el psicoanálisis. Quizás prodríamos conceluir que Foucault hará siempre una lectura crítica de Freud y lacan, a los que no deja de considerar interesantes. Pero será escéptico ya de entrada con la práctica del psicoanálisis y lo acabará considerando una tecnología del poder pastoral.
Pero aparecerá un psiconalista lacaniano heterodoxo, Jean Allouch, que planteará una alternativa de enlace entre Michel Foucault y Jacques Lacan. La opción es fuerte, ya que defiende entender tanto el psicoanálisis como la filosofía como
ejercicios espirituales, en el sentido apuntado por el filósofo Pierre Hadot. Allouch escribe un libro tan interesante como polémico. Se titula
El psicoanálisis ¿ es un ejercicio espiritual ? Respuesta a Michel Foucault. Allouch intenta una lectura posible del psicoanálisis lacaniano compatible con el discurso de Foucault. En contra de las apariencias considera que ni Foucault ni Lacan rechazan este término. Al contrario, muchas veces lo reivindican. En el caso de Foucault hay toda una evolución de sus trabajos que le conduce a la cultura grecorromana clásica y a otro filósofo que de entrada nada tenía que ver con él : Pierre Hadot. Éste último siempre había defendido que la filosofía, sobre todo la antigua, era una forma de vida y un ejercicio espiritual. Ejercicio espiritual no en sentido religioso sino como una transformación subjetiva. Se trata de un acceso del sujeto a una verdad que le transforma. Curiosamente siempre se había considerado, siguiendo el tópico, a Foucault y a Lacan como estructuralismo y una cuestión central de estos era la eliminación del sujeto. Pero Foucault recupera el sujeto y lo reivindica como el eje central de sus trabajos : los procesos de subjetivización. Lacan, por su parte, había superado una primera etapa en la cual es la estructura del lenguaje y el significante lo determinante. Se va abriendo al sujeto del inconsciente. Lacan tampoco hacia ascos a la expresión
ejercicios espirituales y en algún momento la reivindica. Foucault y Lacan son así los dos grandes investigadores de los modos de subjetivización y su relación con la verdad. Los dos proponen trabajo espiritual para trasnformarse, para acceder a otro estado. Los dos defienden, en cierta forma, una estética de la existencia. Para los dos su obra forma parte de su vida. Los dos nos invitan a leer su obra porque tendrá para nosotros, si la leemos con alegría y con atención, un efecto transformador. No nos hará mejores pero nos hará más veraces.