- Querida Claudia, ¿me puedes volver a dar el mail de Svetlana R., del Archivo de la Tercera Internacional?
- ¡Claro! Y trataré de contactar a un viejete que estuvo en el célebre Hotel Lux y que tiene en vez de cerebro un disco duro de al menos 1000 terabits. Pero hay que entrarle con cuidado. Estos comunistas que sobrevivieron las purgas de Stalin del año 37 son desconfiados al máximo hasta hoy en dia. Culpa a Togliatti de la muerte de Thälmann por rivalidades en el seno de la Komintern. A Togliatti lo pone como un intrigante, acomplejado por su escasa estatura y rencoroso. Me mostró una vez un informe dirigido a Stalin sobre Thälmann firmado por Togliatti en el que prácticamente lo condena a muerte.
- Esta mañana he estado hablando con dos niños del Lux. Es interesante la visión de un niño sobre aquel famoso hotel.
- Mi abuelo materno estuvo allí también. Lo describía como tétrico y se respiraba entre los judíos/comunistas alemanes miedo y desconfianza.
- Pero la visión de los niños es más ingenua. Ellos corrían por los pasillos, reñían etc, y sabían muy poco del mundo de los adultos.
- ... sobre todo por las noches el celebre furgón y aguantaban la respiración hasta que oían que el ascensor se paraba en otra planta.
- Y lo peor de todo, el "algo habrá hecho". Estoy terminando de leer el libro de Karl Schlögel, "Terror y utopía" (Terror und Traum). Magnífico.
- Un fan más de mi admirado profesor. Este hombre es para mi el historiador más genial que he conocido. La escena de maestro y Margarita es genial al principio del libro.
- Un gran libro, magníficamente bien escrito y extraordinariamente bien documentado.
- Siiiiiiiiiiiiiiiii prácticamente todo lo que escribe es así.
- Y con un fondo de melancolía, como si hubiera un adagio musical de fondo...
- Sí, y él tiene tendencia a la melancolía. La melancolía de Schlögel en sus textos es eslava, ya empieza en Polonia y se acentúa más aun entre los intelectuales rusos.
- Hay un ritmo muy especial en la escritura que crea una atmósfera envolvente y un poco claustrofóbica.
- Sí, te da la impresión que eres parte de lo que describe.
- La escritura muestra algo que las palabras solas no pueden decir.
- Sí, por el clima que crea
- Claro
- ¡Ya te digo yo! A Schlögel lo adoro, nunca me perdí un seminario suyo. Nos ofreció la oportunidad de hacer una excursion de 10 días a Kaliningrad tras las huellas de Kant.
- Un fuerte abrazo, voy a escribirle ahora mismo a Svetlana.