Escrito por Luis Roca Jusmet
Durante el franquismo, muy joven, milité en un grupo de extrema izquierda, la Liga Comunista. La Liga Comunista era un grupo trotskista minoritario, muy minoritario. En Barcelona habían sobre todo estudiantes y algunos trabajadores, algunos de los cuales eran obreros industriales.Eran los últimos años del franquismo. El grupo hegemónico en la Universidad, que era donde militaba, era el PSUC. Igual que lo era en las empresas y en los barrios. Lo criticábamos por eurocomunista y por estalinista a la vez. La verdad es que sus militantes intentaban controlar todos los sectores en los que se implantaban. No simpatizaba con la gente del PSUC, en términos generales.Habían otros grupos troskistas ( como la LCR o el PORE) y grupos maoístas (PTE y MC). Los grupos maoístas eran muy activistas, dogmáticos y populistas. Discutían poco de política. En cambio en la LC tuve una gran escuela de política. Discutíamos mucho, aunque el funcionamiento era jerárquico. La Liga Comunista acabó disolviéndose el años 1976. La mayoría se fueron a la LCR y yo me fuí a la CNT. La lógica del cambio era que dentro de la LC estaba en llamada tendencia marxista. liderada por Juan Colomar. Colomar había sido dirigente local del FOC, había sido uno de los fundadores del grupo Comunismo, que apareció con su disolución y que fue el embrión de la Liga Comunista Revolucionaria. Dentro de este último grupo fue el impulsor del grupo Encrucijada, que dió lugar a la Liga Comunista. La llamada TM ( tendencia marxista
) tenía como inspirador a Cornelius Castoriadis, miembro del grupo francés
Socialismo y barbarie. Castoriadis, que procedía del troskismo, estaba cuestionando el leninismo y formulando una propuesta de izquierda revolucionaria crítica con el propio marxista. En el año 1977, que es de cuando hablo, la CNT se había convertido en un lugar de encuentro de mucha gente que sin considerarse anarquista ni anarcosindicalista buscaba una alternativa al PSUC y a los grupos dogmáticos y sectarios que habían aparecido a su izquierda. Habían entonces representantes de lo que se llamaba grupos de
autonomía obrera y de marxismo no leninista. Pero el proyecto fracasó por razones varias, aunque el detonante final fue el oscuro atentado a la Scala por miembros de la CNT.
Con el tiempo entendí que la LC era una manifestación de lo que el mismo Lenin llamaba
izquierdismo como enfermedad infantil del comunismo. Confundir los deseos con la realidad y el voluntarismo con la acción de masas, éste era el problema. Pero había sido una experiencia de la que había aprendido. Aunque fuera de la militancia mantenía una ideas de izquierda. Al mismo tiempo cada vez me identificaba menos con la tradición comunista. Fueron años de hegemonía nacionalista liberal-conservadora en Cataluña. En España se pasó de la UCD al PSOE y luego al PP. Mi balance respecto a CiU y el PP era totalmente negativa y respecto al PSOE de Felipe González ambivalente. Hasta que ganó nuevamente el PSOE ( renovado, en principio, por el liderazgo de Zapatero) en España y el Tripartit en Cataluña. Aparecía así la esperanza de un cambio político importante. Y en Cataluña no solo político sino también cultural, aunque la presencia de ERC en el gobierno no habría buenas expectativas. Pasqual Maragall era un líder carismático y abierto de planteamientos. Por mi parte me afilié a ICV porque me parecía más consecuentemente socialdemócrata y menos contaminado por las corruptelas y derivas socialiberales del PSOE. Pero ICV era para mí demasiado nacionalista y al mismo tiempo no había a nivel interno la más mínima posibilidad de debate. Parecía un partido de cuadros y punto. Duré poco tiempo dentro. El Tripartit me decepcionó básicamente por su deriva nacionalista. Deriva que identificaba con unos dirigentes ( excluyendo a Maragall, rara avis) que me parecían representantes de la pequeña burguesía catalanista.
El PSC era un partido que había aparecido a partir de la confluencia . El PSC apareció en 1978 a partir de la confluencia de grupos de origen diferente. El más importante era el Partit Socialista de Catalunya ( Congrés), fundado en 1977. Procedía de Convergencia Socialista de Cataluña, fundado en 1974 a partir de la confluencia del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), liderado por Raimon Obiols y Joan Raventós; un grupo procedente del FOC dirigido por Isidre Molas ( en el que estaba Narcís Serra y Pasqual Maragall ; otro llamado Trabajadores autogestionarios de Cataluña ( antes Topo Obrero), cuyo representante más importante fue Eduardo Martín Toval. El FOC, grupo catalán del Frente de Liberación Popular había sido un intento importante de crear una alternativa desde una izquierda renovada y no dogmática al leninismo y la socialdemocracia. También participaron en el proceso la mayoría de militantes del POUM, el partido de izquierda marxista más importante en la Segunda República en Cataluña. Entran también gente procedente de la izquierda del PSUc como Didàc Fábregas ( antiguo secretario de la OICE ). En 1978 se fusiona el PSC (C) con el Partit Socialista de Catalunya ( reagrupament) cuyo líder carismático era Josep Pallach y con la Federación catalana del PSOE para fundar el Partit dels Socialistes de Catalunya /PSOE. La Federación catalana del PSOE tenía poca presencia y, frente al carácter catalanista del PSC(C) y sobre todo del PSC(R) tenía poca sensibilidad respecto al tema catalán y su composición era mayoritariamente inmigrante. Aún así defendía formalmente el "derecho a la autodeterminación de los pueblos de España". La fórmula final de la relación entre el PSC dio la victoria a los sectores catalanistas que no aceptaron constituirse en una Federación catalana del PSOE sino un partido soberano en las cuestiones que afectaran a Cataluña pero integrado en el PSOE en el marco estatal.
Más tarde se fueron integrando sectores del PSUC, el más importante de los cuales fue Jordi Solé-Tura.
La fusión con el PSOE tuvo un precio que fue plegarse a un viejo partido integrado en la Internacional socialista. Esto suponía perder la frescura inicial y someterse a estructuras burocráticas potentes. A cambio de esto se integraron en un proyecto español y europeo.
Después de los casi cuarenta años pasados desde su fundación y con unos pocos años de Gobierno unidos a Ciutadans de Catalunya y unidos a ERC y ICV ¿ cuál es el balance ? Yo diría que básicamente negativo. Se comprobó una vez más que se cumplía el pronóstico de la ley de hierro de los partidos y se constituía una élite dirigente que acabó siendo una oligarquía burocrática. El tiempo de gobierno ( en la Generalitat, en la Diputación y en muchos municipios) aunque no tuvo casos significativos de corrupción si tejió importantes redes clientelares. Tampoco la política de izquierda socialdemócrata fue suficientemente clara y tuvo una deriva nacionalista importante. Todos estos errores le han llevado a ir perdiendo militantes y sobre todo electores. perdió militantes que se fueron a Ciutadans en el período dominado por la pequeña burguesía nacionalista ( cuyo ejemplo más claro era Joaquím Nadal ) y luego estos mismos dirigentes abandonaron el partido al apostar decididamente por el independentismo. También en esta
época de vacas flacas o casi travesía por el desierto muchos de los arribistas y oportunistas que tiene cualquier partido que toca poder se han ido a casa o a lugares con más expectativas de medrar.
En este contexto hace ya un tiempo que veo totalmente necesario implicarme políticamente contra la ofensiva neoliberal del PP y de CiU y contra el movimiento nacionalista catalán en su última deriva hacia el independentismo. ¿ Cuáles son las opciones ? De entrada descarto a los supuestos partidos de izquierda, como ICV o EUiA que están haciendo el juego a los soberanistas. Ciutadans cada vez se ha consolidado más como una opción de la derecha liberal y su defensa de la ciudadanía roza con el nacionalismo español.
en a pequeños partidos porque la experiencia me dice que no saldrán de la marginalidad, como ocurre con Recortes Cero. Mi paso por Podemos me ha mostrado como detrás de un supuesto proyecto de renovación política hay un núcleo dirigente, que es el de Pablo Iglesias que quiere controlar absolutamente la dirección del partido en todos los frentes y lugares. Que no entiende el problema de Cataluña que
ha colocado a gente inexperta e incapaz de combatir claramente el nacionalismo catalán.
Queda entonces el PSC. He de decir que alguno de mis antiguos camaradas ya habían optado por militar en este partido. Algunos, como Josep Mª Rañé, habían llegado a Consellers en la época del Tripartit. Me parece que es hoy un partido en proceso de renovación y que hay por lo menos un sector importante de dirigentes jóvenes que apuestan por un federalismo de izquierda de izquierdas. En todo caso tengo claro que no existirá en Cataluña una opción de izquierda no nacionalista sin el PSC.
Estas son las razones que me han llevado al PSC y a batallar porque sea justamente el máximo defensor de un federalismo de izquierdas en Cataluña al lado de los que están por la labor.
Seguro que es la opción imperfecta de un hombre imperfecto en un mundo imperfecto. Mucho me temo que si sigo esperando el partido que se ajuste a mis deseos acabaré convirtiéndome en "un alma bella" como decía Hegel, es decir uno de aquellos que nunca se mojan desde su aparente perfección. A mis 61 años ya he entendido que hay que mancharse las manos en el mundo real. Lo importante es avanzar en el mejor de los proyectos para hacer un mundo más humano, más justo y habitable. Y lo siento, los partidos tienen muchos defectos. Pero no conozco nada mejor para gobernar. Cuando el 15 M quiere concretarse en una opción política acaba convirtiéndose en algo que, en el mejor de los casos, no es muy diferente de un partido tradicional. Podemos me parece un ejemplo claro. Concretarse como opción de poder, me refiero. Me parece importante que existan los partidos, que trabajan a nivel institucional, y los movimientos sociales. Pero mejor no mezclarlos porque justamente el valor de estos movimientos es que son independientes.