Escrito por Luis Roca Jusmet
Montserrat Rodriguez Garzo es una psicoanalista que ha publicado un libro, editado por Brumaria el año 2015, El libro tiene como subtítulo "De la clínica analítica del Macba (2002-2013). No es su única publicación, tiene bastantes y todas ellas muy sugerentes. Montserrat me envió el prefacio de su libro porque había dado con mi correo a partir de este blog. A este blog había llegado buscando textos sobre psicoanálisis y psicosomática. Ciertamente que yo no soy un experto en el tema, pero cuando tuve que presentar un trabajo escrito como parte de un curso de postgrado de "actualización d ela psicopatología clínica" me interesé por el tema, recopilé los materiales que encontré y hice una síntesis que a muchos les ha resultado útil.
A partir de esta conversación por correo tuvimos un encuentro con una conversación muy interesante sobre la experiencia que publicaba en el libro. He de decir que me parece un libro extraordinario, aparte de la exquisita edición con que es presentado. En primer lugar el texto es muy potente porque podamos comprobar que la clínica de los nudos de Lacan es algo vivo y práctico. Al decir práctico me refiero a que no es una especulación puramente teórica o un supuesto esoterismo lacaniano, sino un instrumento, una caja de herramientas , que diría Foucault. para abordar una intervención totalmente novedosa y arriesgada en la clínica de la psicosis. Montserrat Rodriguez ha profundizado y asimilado los conceptos lacanianos de su última etapa,que no son bromas, por la enorme complejidad que llevan, y los ha puesto a trabajar en unos talleres de arte con esquizofrénicos, que fue sosteniendo durante 12 años en el Macba. La iniciativa surge de Jorge Ribalta, jefe de programas públicos, con la intención de trabajar sobre el proceso de creación, no de producir objetos más o menos artísticos. Es interesante ver la apuesta radical que conlleva este proyecto y muestra la coherencia con la declaración de principios del Macaba. Se trata de una política institucional que presenta el museo como un lugar de reflexión y debate social sin segregación. Especialmente, dice, la basada en mentalmente sanos y "no mentalmente sanos". Se genera entonces un experimento totalmente pionero en esta palicación, que llevan a cabo tres psicoanalistas : Montserrat Rodriguez Garzo, Carlos H. Jorge y Carolina Tarrida i Farré. El proceso de creación se establecía, sobre todo,a partir de los trabajos artísticos ( pinturas, objetos, espejos) de Ignaci Aballí, del que el libro nos muestra un anexo de imágenes de sus obras y que también participó activamente en el proyecto.
El libro contiene, como ya he comentado,un material teórico precioso sobre la clínica de los nudos y sobre las nociones de sinthoma y suplencia en Lacan. Parte, por tanto, del Lacan más radical y complejo, del que afirma que "todos deliramos " o que "la locura es el límite de la libertad". Recupera también una afirmación de su primera época, igualmente subversiva, que afirma la identidad entre personalidad y psicosis paranoica. Pero también toma como referencia la experiencia clínica en centros psiquiátricos de Jean Oury y Francesc Tosquelles, catalán exiliado en Francia.
La definición que hace Montserrat Rodriguez y su equipo es construir un dispositivo para "investigar sobre procesos de creación articulados a los usos de la estética, y el efecto terapéutico de esta aplicación." Los participantes en esta experiencia vienen de los Centro de Día y están diagnosticados como enfermos mentales, es decir con trastornos mentales graves. En general como esquizofrénicos .Según las estructuras clínicas lacanianas, psicóticos. Sabemos la dificultad de transferencia, base del análisis, en los sujetos psicóticos. Porque ellos no se enfrentan a un Otro, ya que este Otro no está constituido como tal, por lo que no han podido identificarse con ninguno de sus rasgos. Falla entonces la identidad personal, el significante básico a partir del cual ser alguién. Porque el ser funciona por identificación. Los psicóticos necesitan entonces una suplencia a esta falta de significante desde el que afirmarse. Pero lo que pretende el equipo no es dar una identidad, porque como dice la autora la identidad es una identificación, no es algo que pueda darse. Hace falta entonces una suplencia pero no es esto lo que pretende el dispositivo, Como tampoco pretende reinsertar o educar. Lo que intentan es producir un vínculo a partir de la creación. en cuanto que hay participación, en cuanto que se establece vínculo, entonces, como dice Montserrat Rodriguez, la experiencia sale bien. No se buscan resultados porque no tiene nada que ver con el arte-terapia. Cita ejemplos de usuarios ( ella no acepta el término enfermo mental porque no vienen como tales) que únicamente en este espacio han podido construir un vínculo social.Es impresionante como este sujeto no quería que le curaran la esquizofrenia porque para él era su identidad y lo único que tenía. es decir, que le sostenía tanto el ser como el querer.
Volviendo al fenómeno psicosomático Montserrat me explicó como para ella no era algo sintomático en el sentido psicoanalítico. No lo era porque no tiene sentido, no dice nada, es una congelación del goce no un goce reprimido que se manifiesta por un lenguaje indirecto.
La esquizofenia como un hecho del lenguaje, dice. La esquizofrenia como estructuración subjetiva de un ser parlante....Mucho que pensar sobre este enunciado. Y en el libro se nos dan muchas pistas sobre lo que quiere decir esta afirmación.
En todo caso estos son unos apuntes, me consta que muy dispersos, sobre un libro que ha sido capaz de poner en escritura una experiencia singular.Un encuentro tan inesperado como fecundo, el que he tenido con Montserrat Rodriguez y con su libro.