Claudia Roemer es una de las personas que más saben sobre la Tercera Internacional. Esta mañana, poco antes del encierro, se ha puesto en contacto conmigo.
- Hola Gregorio, a tu estimado colega Karl Schloegel lo esta difamando un grupo trotskista de la Humboldt. Queremos hacer algo para apoyarle, quisiera saber si te unes.
- Claudia, pero no tengo ni idea de qué está pasando. ¿Me puedes contar algo?
- En resumen, te cuento, porque la historia viene de años atrás: la cosa comenzó con otro profesor, también de la Humboldt, Jörg Baberowski, que publicó una biografía de Stalin que, por lo visto, a estos señores no les gustó y empezaron a boicotear sus clases y seminarios, tanto es así que ha tenido que pedir protección policial para salir de su despacho. A eso se une que Barberowski ha tenido la gran "osadía" de cuestionar la política de inmigración de Merkel con lo que se ganó el apodo de racista. Pero la cosa ha ido a más, tanto que tienen a un grupo destacado ante la puerta de su casa vigilando a su mujer y a su hija. Han llenado la calle de pasquines difamándolo de racista, militarista, nazi. Hace dos semanas en una charla han entrado y vuelto a boicotear. Schloegel, su mujer Olga Margolina y otros más han tratado de solidarizarse con el y ahora les afecta el boicot también. Lo curioso es que este grupo trotskista solo es el 0,5% del estudiantado de la Humboldt. Esta es su web: [www.wsws.org]
- Es my lamentable lo que está pasando en muchas universidades de Europa y Estados Unidos: la corrección política se está imponiendo a la libertad académica.
- Y a la libertad de pensamiento. Hay muchos que por temor a perder el puesto se están callando.
- Por supuesto, Karl Schloegel tiene tomo mi apoyo y solidaridad.
- Son tan descabelladas las ideas de esta gente, que de entrada piensas que es un chiste de mal gusto, pero es que van a más. Lo gracioso de todo esto es que tanto Schloegel como Barberowski en sus tiempos de estudiante pertenecían a grupos maoístas y eligieron Berlin como universidad porque al estar empadronado allí te librabas de la mili en tiempos de la guerra fría. O sea que militaristas ninguno de los dos
- ¡Qué ironía!
- Por eso es que suena a chiste malo si no fuera tan triste y por el contrario, el que si podía ser catalogado de militarista, que negaba hasta cierto punto el holocausto el historiador Ernst Nolte, nunca lo atacaron, aceptaron sin rechistar todas sus teorías.