Narración o barbarieAlberto SantamaríaSans Soleil ediciones : Vitoria, 2017
Escrito por Luis Roca Jusmet
He titulado la reseña de este libro con el mismo nombre que mi blog, y no es precisamente porque esté de acuerdo con él sino porque me parece que, más allá de las coincidencias o diferencias, es un libro que invita a pensar- Y no lo hace de una manera sistemática, a modo de tratado, sino de una forma deliberadamente dispersa, fragmentaria, como un rizoma, por utilizar este término deleuziano que le gusta a Alberto Santamaría. Rizoma como conjunto de mesetas, que son regiones de una intensidad continua, que no están orientadas a un climax o conclusión. Que no son desenlaces a los que conducen lo anterior. Y la verdad es que aunque no soy muy deleuziano – conozco poco a Deleuze, al margen de sus extraordinarios estudios sobre Spinoza, Hume y Nietzsche – me ha gustado la manera como Santamaría explica y practica teóricamente esta idea de meseta y de rizoma. Me recuerda a Agustín García Calvo en su crítica a la novela ( precisamente porque hay desenlace) y al filósofo y sinólogo François Jullien cuando contrapone la idea china de eficacia como algo que se da en el proceso frente a la occidental que se valora en función del resultado. Y hay, por cierto, una interesante arqueología de la formación de este concepto a partir de Georges Batenson, miembro de una escuela, la de Palo Alto, que aparentemente no tiene nada que ver con Deleuze. Pero la verdad es que soy escéptico de conceptos deleuzianos ( en su unión con Guattari) de esquizoanálisis como alternativa al Edipo y al psicoanálisis lacaniano. Yo soy más lacaniano y en esto estoy de acuerdo con Žižek ( debate que, con mucha claridad también señala Antonio Santamaría ).Lo bueno del caso es que yo mismo estoy siguiendo el estilo mesetario en diferentes cuestiones que voy apuntando, como hace el mismo autor del libro. Quizás el hilo conductor que podríamos encontrar tiene que ver con el título : narración o barbarie.La barbarie es, de todas maneras, una forma de narración, la que nos encierra desde el poder en el relato único del capitalismo. Porque el lenguaje, como bien señala Santamaría no es un discurso cerrado que nos atrapa. Como bien señala citando a Wittgenstein, el lenguaje no implica el mundo sino que lo presupone. De este mundo pueden surgir otros relatos, diferente del único que parece existir, el neoliberal de las competencias, del ser-emprendedor y de gestionar la propia vida como una empresa.Ganar o perder : esta es ilusión electiva de la semántica institucional que excluye la verdadera alternativa. Y por esto está muy bien que escritores como Alberto Santamaría apuesten por textos que, como este, son arriesgados. Es la barbarie por lo que dice, paradójicamente, apostar. Porque es esta narración controlada, aparentemente transformada la que nos conduce el abismo y para fracturarla hay que romper el discurso, introducir la confusión, el desorden.
Pero ¿ no es siempre la filosofía una problematización ? Que estemos o no de acuerdo con el libro es lo de menos. Yo no lo estoy. Pero me ha interpelado con cuestiones que me han hecho pensar, que me han obligado a pensar aunque fuera para desmarcarme de lo que dice. El libro es interesante y estimulante, Las compañías que nos plantea Santamaría son, por otra parte, muy sugerentes. Walter Benjamín, por ejemplo, cuando nos dice que hoy no sabemos contar lo nos pasa, y que el hombre actual no sabe relatar su experiencia, que se ha perdido la sabiduría como épica de la verdad.Alberto Santamaría, por cierto, no es nuevo en esta plaza, ya que había escrito anteriormente dos libros ( La vida me sienta mal y Paradojas de lo cool ) que no he leído pero que este libro me ha despertado las ganas de hacerlo. Una aventura intelectual que vale la pena compartir, aunque no sea un texto fácil. Eso sí, reconociendo el talento literario de Alberto Santamaría y su esfuerzo para exponer con la máxima claridad su trabajo teórico
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