Hay muchos tipos de bromas, pero obviamente, no a todo el mundo le debe de dar gracia alguna broma, y obviamente es por varias razones.
Una broma nunca será graciosa para todo el mundo, eso es imposible, ya que cada uno tiene una personalidad única, y cada persona actúa de diferentes maneras. Alguna persona le dará gracia una broma u otra, según su forma de ser, sus valores o sus experiencias. Por ejemplo, no es lo mismo compartir una broma con algo relacionado con ‘’la muerte’’ con alguna persona que nunca ha perdido a nadie en su vida, que con alguna persona que sí, ya que esta última está afectada por aquella pérdida, y puede ser que no le haga tanta gracia ya que tiene un sentimiento y experiencia distinto a la otra. Con este ejemplo creo que ha quedado claro que el humor tiene límites.
Que te de gracia una broma debería ser, en mi opinión, independientemente de lo que pienses o creas conveniente, todo el mundo es libre de reírse de cualquier cosa, pero sin embargo, hay que considerar que reírse de todo, no debería ser permitido si afecta a otra persona. Porque por ejemplo, otro ejemplo al extremo como: si ves a una persona que va imitando a una persona discapacitada, y sus acompañantes se ríen de esa imitación, un ejemplo como este, pues claro, mucha gracia no hace ya que no es una broma sana, sino una burla hacia la persona discapacitada, se convierte en una falta de respeto e un acto inhumano. Entonces podemos decir que hay bromas sanas y malas.
Estos dos ejemplos que he dado son casos algo especiales, pero de ahí, una broma tiene el fin de dar gracia, independientemente de lo que piensas o de los valores de cada uno, por aquello no debemos fijarnos tanto en lo personal y reírnos, debemos ser alegres, y lo digo más yo que soy una persona que siempre lleva una sonrisa en la cara y tiene la risa fácil.
En conclusión, una broma nos debería dar gracia independientemente de lo que pensemos, siempre y cuando no sea un caso parecido a los ejemplos que he dado, ya que desde mi punto de vista, sería inhumano.