IAyer, al fin, resucité de entre los muertos. He pasado unos días malos, pesados, presa de un malestar difuso -en mi casa hablaban de "mal temple"- que me impedía leer, escribir, concentrame. Andaba a rastras de mí mismo. Al fin, parece que ha escampado y que las cosas vuelven a adquirir su color propio. Cuando Heidegger hablaba de lo caprichosos que son los estados de ánimo, sabía muy bien lo que decía. La nada nadea y uno lo sabe, incluso puede dar nombres precisos a lo que le pasa, pero lo que no puede evitar es que no le pase lo que le pasa.
IICuando la nada nadea hay como una indiferencia ante las cosas que difumina sus límites, todo se tiñe de anonimato. Y si el ser es el fulgor de la forma bien limitada, el no ser es la indiferencia por el límite. Lo borroso se impone y ahí está el eco de la nada, nadeando, anodadando. No se trata de algo dramático y terrible. No conviene exagerar. Es, al contrario, bastante habitual. Se trata de algo así como una no-experiencia del perfil de las cosas que de vez en cuando nos fuerza a sentarnos como criaturas en el umbral de la puerta de nuestra casa vacía.
IIIY, sin embargo, la nada no nadea del todo si hay alguien al lado que nos quiere.
IVIntroito a El amparo de las sombras:"Mediodía de un domingo luminoso de marzo, en Puebla, México. De más allá de las jacarandas en flor del Paseo Bravo –que aquí se conocen como pasión de Cristo, por florecer en Cuaresma– me reclama el tañido de una campana. En este paseo hubo una vez un monumento a un distinguido insurgente, “benemérito de la patria”, pero ahora sólo queda una inscripción en la que se lee: “a su memoria, en este mismo lugar, se le erigió un monumento, que desapareció con el tiempo.”
Hace mucho calor y decido obedecer el reclamo de las campanas, en busca de la penumbra que proclaman. Llego así hasta la iglesia de San Agustín. En el umbral me encuentro con un cartel en el que está escrito el siguiente texto del santo de Hipona: “Aquí me tienes, Señor. Yo soy aquel esclavo que escapó de su amo y buscó el amparo de las sombras”.