IEl relente es esa humedad subrepticia que empapa las noches serenas. Parece que siendo serenas todo ha de ser en ellas acogedor y amable, pero las noches poseen su propia lógica. No las escribe el mismo autor que escribe el día. Los viejos sabían muy bien los peligros que traía la tentación estival de dormir al raso. El relente es también esta fescura que recibe al nuevo día y que se suele llevar el último suspiro de los agónicos.
II Hoy trae del mar la alborada sus promesas cotidianas. Raya el día y ésta es su hora más sensual. Me gusta madrugar y estrenar las primeras horas, dejándolas entrar por las ventanas abiertas como un susurro que aún no se logra descifrar. La madrugada es el tiempo potencial del día. Sigo con vida. Respiro.
IIIHay un misterio singular en el despertar, pero de tan cotidiano, se nos ha vaciado y se ha convertido en rutina. En ese recuperar el hilo de la vida, en el retorno -¿es retorno o expulsión?- de esa ambigua región del sueño hay algo que no es nada trivial. El sueño es la respiración inconsciente, el día la reapropiación de nuestra respiración.
IVFrases que esconden toda una filosofía: "¿Cómo te ha tratado la vida?" La frase ya sugiere que hay veces en que la vida se pone intratable y todo lo que se puede hacer con ella es intentar soportarla. En estos casos la ética ese reduce a una economía del aspaviento.
VAyer, defendiendo por qué me gustan cada ves más las películas del oeste: porque los buenos son buenos, los malos son malos y el mejor es el que gana y se queda con la chica. Todo lo que no sea creer en esto, es socialdemocracia,
VIRavel. La música de la madrugada.