Muchos creen saber que el poder económico (el dinero), es lo que peor está repartido en este mundo, siendo este, la condición para que podamos tener un techo donde vivir, que dispongamos de un buen servicio educativo y sanitario, o simplemente que podamos calzar unas buenas bambas. Los lujos los dejamos para los deportistas de élite, para los afortunados, o bien para los más corruptos en su labor.
Con esto expuesto, ¿qué es lo peor repartido en el mundo?. Bien, pues no es el dinero, ni las riquezas, ni una cara bonita o un buen físico, lo peor repartido en el mundo es sin duda la inteligencia. Pocas son las personas que tienen la ventaja de comprender un texto echándole tan solo un vistazo, memorizar según que cosas como si de un disco duro se tratase o simplemente realizar operaciones matemáticas mentalmente a la velocidad de la luz, literalmente. Estas son las personas que realmente tienen un gran poder frente al resto, son aquellas que tienen todo lo necesario para poder triunfar en la vida.
No obstante, siempre hay un “pero”;
-”Eres feo, pero tienes dinero y por eso me gustas”
-”Eres buena chica, pero no eres mi prototipo”
-”Qué buenos resultados obtuvo en las elecciones, pero que mal presidente esta siendo…”
Vivimos condicionados por lo que es más fácil de ver, y no por lo que realmente somos capaces de hacer.
La inteligencia no iba a ser menos, todo y que no es una condición quién seas, cual sea tu raza, tu sexo o tu religión, sí viene condicionada por el hábito, siendo este el encargado de administrar las capacidades innatas de las mentes afortunadas. Si el hábito es el correcto, guiará a la persona inteligente por el buen camino, ayudándola a conseguir todo lo que se proponga, siendo la ambición su principal referencia. En cambio, si este no es bueno, puede llevar a la persona al fracaso, lo que conllevará entrar en un bucle de pesimismo que no le permitirá alcanzar sus metas, y como consecuencia de esto, no podrá ser feliz. Por lo tanto, si triunfas en la vida será gracias al hábito, pero si fracasas, también será el culpable.
Dedicación, trabajo y sacrificio, lo necesario para tener un as en la manga durante el transcurso de toda una vida.