Primero de todo, quiero aclarar las diferencias entre que es el sexo biológico, la identidad sexual y el género, ya que hay mucha gente que los confunde. El sexo biológico puede ser hembra, macho o intersexualidad; hembra es la persona que nació con los cromosomas XX y el aparato reproductor femenino, macho con el XY y aparato reproductor masculino e, intersexualidad, es una combinación de ambos sexos, presenta características de los dos. La identidad sexual es la vivencia interna del género tal y como cada persona la experimenta, esta podría corresponder o no el sexo asignado al momento del nacimiento. Y, por último, el género es la forma en la que lo expresamos, es decir, a través de la vestimenta, comportamiento, intereses…dependiendo de cómo es percibida por la sociedad, femenina, masculina y andrógina, esta ultima es la combinación de ambos.
Nuestra identidad sexual, es decir, eso que la gente piensa que nos define como mujeres y hombres no es nada más que una construcción social, es más el sexo no define quien eres, tan solo define quien eres según tu aparato reproductor o según tu cromosoma veintitrés. Me explico, el hecho de ser hombres o mujeres no viene determinado por nuestro nacimiento si no que nos enseñan a ser así. Me quiero referir a que si naces con el aparato reproductor femenino te ponen cosas rosas, te dan muñecas, cocinitas, etc. En cambio, si naces con el masculino te compran todo azul, coches, motos, etc. Es decir, hemos aprendido a ser hombres y mujeres en un contexto tanto educativo como cultural que tiene como norma la heterosexualidad, y por eso si naces con vagina te dan unas cosas y por lo contrario te dan otras. ¿Por qué una niña no puede seguir siendo igual de niña jugando a los coches? O ¿Por qué un niño no puede con muñecas? Todo lo que salga de la “normalidad” la sociedad lo excluye. Judit Butler, una filosofa feminista, dice que no tenemos por qué tener una identidad sexual obligatoriamente como hombre ni como mujer, es decir, de la misma forma que construimos el género también podemos derribarlo yendo más allá de sus limitaciones. Y, es que, el género no es natural, sino que es cultural, por eso, no tendríamos que identificarnos como hombre ni como mujer no hace falta encajar nuestra identidad según estas categorías.
Nos deberíamos preguntar… ¿Por qué es tan “peligroso” que un vestido de mujer se lo ponga un hombre? Y aun, es más, deberíamos de pensar el ¿Por qué esto provoca agresividad a ciertas personas hasta el punto de discriminar a una persona por ese simple hecho? No deberíamos de hacer ningún esfuerzo para que esto se normalizase, esto no debería de ser ningún problema. Cada persona es como esa persona se sienta, es decir, si una persona ha nacido hombre y se identifica o se siente como una mujer así será, no debería esconder cómo se siente y por la sociedad en la que vivimos, hay mucha gente que se oculta, nadie debería de juzgar como se identifique una persona. Categorías como gay, lesbiana o transexual son etiquetas que a veces van cargadas de prejuicios que hace falta repensar de nuevo.