Que se puede decir de la importancia del pensamiento para una persona, mucho, pero hay algo curioso, cuando una persona se piensa a sí misma lo que obtiene siempre es bueno porque la honestidad y transparencia es total, pero cuando piensa su entorno le lleva a enfrentamientos.
Reflexionar significa pensar críticamente, y pensar críticamente significa buscar puntos débiles a ideas rígidas y convicciones establecidas.
Pensar es peligroso porque pone en entredicho las ideologías y sistemas que a ciertas entidades les ha costado mucho imponer para su propio beneficio.
Se hace mucho por que la gente no piense, se hace mucho por atomizar, enfrentar y entretener a la población. El ocio que triunfa hoy en día es el ocio del entretenimiento, la terapia que funciona al llegar a casa es la terapia de desconectar. En los colegios no se enseña a pensar, se adoctrina, no se aprende, se memoriza.
El determinismo histórico ha alcanzado nuestro día a día. Cuando vemos la historia, vemos la lógica en todos los sucesos acontecidos, pensando que no ha habido otra manera posible de que pasaran las cosas, la historia nos es dada y no hace falta pensarla. Hoy en día parece que ese determinismo, ese “es lógico que las cosas sean así”, nos ha alcanzado. No hace falta pensar la historia, y ya tampoco hace falta pensar el presente.
Parece que incluso se ha instaurado la máxima de que pensar es peligroso, pues ya no se piensa, así quitan algo bueno para nosotros, y algo malo para ellos. Como todo régimen, hay un 50% de buena publicidad para el dictador, y otro 50% de mala publicidad para lo que es diferente.
Llevan nuestra vida por modernas tuberías, mientras que el pensamiento crítico es un río de montaña, que nace en lo más puro y baja con fuerza llevándose toda barrera artificial ¿A quién el puede atraer eso?
¿Este post se llama “los peligros de pensar”? Debería llamarse los peligros de NO pensar.
¿Conoces la banalidad del mal?, concepto de Hannah Arendt que se refiere , sintetizando y a grandes rasgos, a aquella situación en la que personas obligadas o ignorantes de lo que están haciendo realizan actos que se calificarían moralmente como malos en nombre de otra persona o entidad que sí que es promotora de una voluntad maliciosa.
El contexto de Hanah Arendt es la época del nazismo ¿Es posible que una nación entera apoyara el nazismo? ¿Hasta que punto es responsable del horror alguien que está obligado a cometerlo? ¿Es responsable él o quien le obliga?
¿Que puede hacer la negación de uno? ¿Y la negación de muchos?
Bien, visto esto podemos decir que nuestro contexto es el capitalismo, la dominación de las élites y los mercados.
¿Quién nos dice que el futuro no nos juzgará por fumarnos el planeta, por entretenernos con pantallitas mientras se forjan las fortunas que dominarán las futuras sociedades o por haber extinguido el pensamiento crítico, permitiendo así la llegada de peligrosas situaciones?
¿Y qué pasa con todo lo bueno que podríamos hacer y no hacemos? ¿Seguimos permitiendo entre todos esta farsa de democracia como el que ve de lejos un atraco y prefiere ser un cobarde que no hace nada?
Ejercemos el mal diariamente, lo hacemos para beneficio de otro y no lo dudamos, lo defendemos. ¿Os suena esta situación?
El pensamiento siempre es bueno para el que lo ejerce, y malo para el que necesita algo de quien lo ejerce, el único peligro de pensar es para el que se beneficia de la ignorancia y el control ajeno, podemos aplicarlo a todos los tiranos de la historia, la única diferencia es que el tirano que tenemos ahora no tiene cabeza ni castillo, aunque podemos verlo en casi todo lo que hacemos.