Medio mundo sigue pendiente del terrorista de Toulouse y su desenlace final. No es difícil imaginar que no será el último y que los ataques más o menos esporádicos continuarán. No está de más sugerir cinco ideas relacionadas con este tipo de atentados para prolongar la reflexión al respecto.
- Destruir es fácil: situaciones de equilibrio y convivencia que tardan décadas en construirse se vienen abajo por acciones individuales.
- La religión y la política sirven de excusa para los actos de barbarie. Quienes matan por estos motivos deberían calificarse más de dementes que de representantes de ideologías políticas o grupos religiosos.
- Es preferible un enfoque racional, dialogado y abierto de la religión y la política que cualquier postura excluyente, que alimenta en el fondo que ambas puedan crecer fuera de la esfera pública de discusión.
- Produce inquietud ver por televisión la reacción de los ortodoxos y ultraortodoxos judíos. No deberían caer en aquello que critican. Y mucho menos alentarlo.
- Culpabilizar al islam es una forma de que el terrorismo logre su victoria. La respuesta adecuada es distinguir entre los que delinquen y los que no, independientemente de su credo.