Hace unas semanas hablábamos de la versión Manga de Así habló Zaratustra. Hoy nos hacemos eco de la publicación de otro título filosófico adaptado al cómic japonés. Se trata de El príncipe de Maquiavelo, publicado por la editorial Herder que ha puesto en marcha una campaña relacionada con la obra. Lo cierto es que adaptar una obra filosófica al cómic no es nada fácil, y esta vez han dado en el clavo con una estrategia muy acertada: combinar la historia con las ideas filosóficas, de manera que se puede ver el contexto social, económico y político en el que estas cobran sentido. De esta manera Maquiavelo deja de ser tan maquiavélico como la historia ha pretendido y algunas de las ideas de El príncipe parecen mucho más sensatas de lo que a primera vista se podría pensar. Una lectura que va en realidad más allá del propio Maquiavelo: en el fondo nos presenta una visión tan realista como actual de la actividad política.
La mayor parte del libro es una biografía bastante aproximada de Maquiavelo. Lo cual es, inevitablemente, hablar también de la historia de Florencia y del resto de territorios italianos. Unidades políticas acosadas por franceses y españoles, ambiciones también de los gobernantes italianos de la época. Un cruce de intereses y decisiones que no siempre resulta favorable para Florencia, y al que debe hacer frente con la mejor astucia posible el propio Maquiavelo, erigido en servidor público que acude a diversas negociaciones. En este contexto toma conciencia de la debilidad militar de su país o de la necesidad de un liderazgo fuerte, fijándose en la imagen de César Borgia. Circunstancias que explican por qué Florencia no progresaba en la misma línea que seguían otras ciudades de su tiempo. El manga recoge a la perfección la intención de Maquiavelo de retratar las capacidades políticas de César Borgia, sin renunciar tampoco a una perspectiva crítica: el personaje aparece retratado en pocas páginas con toda su complejidad. Su capacidad de decisión y de análisis conviven con un aspecto egoísta, cruel e interesado.
Este es el caldo de cultivo de las ideas de Maquiavelo, y así lo refleja el manga que nos permite así acceder a un periodo muy intenso de la historia de Florencia y a ideas muy significativas de un autor maldito e injustamente tratado a lo largo de la historia. Si algo queda claro tras leer el manga es que Maquiavelo aspiraba a que su Florencia natal pudiera gozar de una estabilidad y de una proyección política similar a la de otrs repúblicas y localidades cercanas. No estamos ante un personaje retorcido, inhumano o conspirador, sino ante quien aprende de los políticos más importantes de su tiempo en qué consiste esa actividad que algunos pretenden idealizar y convertir en lo que no es. Plantea Maquiavelo una teoría política a la altura de su tiempo, consecuencia directa de las formas de ejercer el poder características de los siglos XV y XVI. Una de las preguntas clave sería si ha cambiado mucho esta concepción de la política o no. Una más de las muchas tareas que se podrían plantear utilizando este libro en el aula en asignaturas en las que se aborda el problema del poder. Es más que probable que a través del manga, más de un alumno se termine interesando por leer la obra original.