La Cuba de hoy lleva tiempo siendo cuestionada por el sistema ideológico imperante y no es casualidad. El director cubano Ernesto ha realizado una película atrevida y valiente. Los adjetivos que la definen desde mi punto de vista precisamente ejemplifican que no convierte la moral en moralina como el cine americano y a veces el europeo hacen. Conducta explica la vida de un chico marginal que intenta sobrevivir en esta Cuba burocrática y llena de normas y controles. Recuerda mucho a nuestra sociedad de hoy aquí en España y Cataluña . Los papeles ejercen de sustantivo prioritario para justificarlo absolutamente todo. Y así el papel de la profesora que vivió en la revolución de Ernesto o de Raul acaba por aplicar desde el sentido común la única filosofía para una verdadera vida . Esa existencia vacía, esa nuda vida que habla Agamben , queda triturada por esta maquinaria de fagocitar individuos - clones - e bien del sistema. Las ideas han sido olvidadas por un funcionalismo de quienes simplemente atienden a la única razón de las órdenes y la obediencia ciega a la causa. La dureza de la situación en una Cuba castrada por la violencia del sistema obliga a corregir la conducta en esos gulags o correccionales diseñados para enderezar a los chicos jóvenes díscolos . Sin embargo quien teniendo el coraje suficiente sabe enfrentarse al poder sin renunciar a sus ideas como la profesora obtiene finalmente la única razón para creer en su trabajo y su persona. No hay más causa que la que uno defiende consigo mismo y en la película conducta vemos como eso se puede dar todavía. La película pues nos acompaña a reflexionar sobre eso que ahora mismo nos esta pasando con la creencia que como dijo Althuser la ideología desapareció entre nosotros. Hablar de una manera distinta con la mirada y el tiempo dentro del cine permite descreer en estas ideas althuserianas y promover que nos queda mucho todavía para seguir diciendo no queremos , que quizás se debería decir antes que eso de que si podemos .