Remo Bodei en su libro "Imaginar otras vidas" de la editorial Herder publicado este año empieza diciendo :
El autor continua con un concepto ya usado "Navigatio vitae" para configurar la idea de la terrestridad que debe permanecer siempre en nosotros y a la que estamos unidos para no dejar de considerar los hechos positivos y también los negativos que nos acaecen. ¿Vale la pena vivir con ese peso sobre nuestra realidad ? Una cierta doctrina del "carpe diem" clásica que intente vencer la vida no con la pregunta platónica de "como vivir" , a la que sólo nos cabe una única respuesta : en el instante. Más allà de esta pregunta , Bodei , profesor de la Universidad de California , propone vivir , navegar por este viaje entre tempestades, escollos, calmas, naufragios ..."A menudo tendemos a olvidar que somos huéspedes de la vida.Nacemos sin quererlo ni saberlo en un determinado tiempo y lugar y , sin quererlo ni saberlo, el cuerpo que hemos recibido en herencia biológica despliega espontàneamente sus admirables y a veces terribles procesos..... (...) Todo esto se produce independientemente de nuestra voluntat , de nuestra conciencia y de nuestra memoria , del mismo modo que involuntario , inconsciente y olvidado fue nuestro nacer..."
La vida es un constante viajar entre esta inseguridad del mar, esta tempestad por venir , esta zozobra de la nave personal y colectiva donde lo importante no es estar sólo frente a este mar que engulle absolutamente todo y lo lleva al abismo.. Vivir entre esta sensación de abismo permanente obliga a situarnos en el timón de nuestra propia navegación. Aceptarnos como somos o cambiar radicalmente para encontrar ese yo isla , sin extravalorarnos ni menospreciarnos en lo que somos. Si Hegel habla de la máxima socràtica del "conócete a ti mismo" como precepto fundamental es porque nos hace avanzar por esta mar para conseguir salir a flote frente a todos los peligros. Los otros debemos recordarlos para aprender a ser nosotros mismos porque ellos están en nosotros mismos y recuperar la idea de un ser huéspedes agradecidos con lo que nos llevamos de cada persona que nos encontramos en nuestra travesía. Esta es la renuncia a una navegación egoista y un viaje colectivo.
Roland Barthes en "Fragmentos de un discurso amoroso" habla de el proceso de ascésis que se dirige al otro para demandar mirar lo que el otro hace de uno...
Hacia ese horizonte perdido la propuesta de Bodei no parece suficientemente apta para resolverse uno mismo con lo que lleva puesto en este viaje del que nos lanza hacia la literatura y los mundos imaginarios , esos espacios donde uno mismo se convierte en sus personajes , sus actores , sus garabatos, o sus melodias ... Tal como sostenía Hadot "el arte es a un tiempo para Nietzsche el medio de decir "si" a la vida y la expresión de esta elección ......
Sin embargo uno se pregunta si eso es un simple refugio de la navegación vital que nos propone , para permanecer nuevamente en las cuevas de esos perfiles de costas marinas... Byung-Chul Han en su "Psicopolítica" habla de que hacerse el idiota siempre ha sido una función de la filosofía" tal como pensaba Deleuze ......Sòcrates es ese primer idiota como Descartes , como quienes acaban estableciendo en ese naufragar permanente una manera de ir avanzando sin un rumbo fijado , claro , lejos de la psicologización y subjetivización actual.
Las Von Trien en su excel·lente film "Los idiotas " nos dibuja esta figura del idiota moderno y lo separa del antiguo socràtico : hoy no hay idiotas hay patriotas, hay conformados, hay informados, hay sabelotodos, hay conectados, porque como dice Han "la violencia del consenso reprime los idiotismos". No se puede ser idiota porque te marginan, te boicotean, te mandan a un navegar permanente más allá de llegar a algún puerto posible.
Bodei propone en su Imaginario llegar al infierno de lo igual , a un navegar para dejar de ser idiotas y quizás , en su lectura uno encuentra que le apetezca ser más un idiota hoy .