Se observa en esta vida cotidiana que llevamos una aceleración imparable hacia poner el acento cada vez más en la gestión del control la vigilancia para hacer cumplir la ley, la pedagogía del castigo , la educación aplicada a diseñar y dibujar instrumentos y herramientas para una función centrada en una productividad exclusivamente.
Y así con la imposibilidad de hablar, de pactar, de establecer caminos de diálogo se impide que la ciudadanía pueda creerse eso de la POLIS , del Estado que más allá del vigilar y castigar , de forma panóptica, permita establecer vínculos entre los seres humanos más allá de la norma y la prescripción dictada. Un estado que promueve como vía la Ley , que no acepta forma ninguna de crítica a su gestión y sistema, que no escucha a las partes ciudadanas que creen que en ciertos momentos se abusa de ese poder , convierte así en simples súbditos a toda la ciudadanía.
No es casual que un documental como "ciutat morta" que sale a la luz , ahora sea motivo por parte de las instituciones del Estado de defensa del buen hacer, y actuar juridicamente y con toda la legalidad. Tampoco lo es que dos grandes partidos tradicionales hayan pactado nuevamente la cadena perpetua para resolver los males que amenazan el Estado. Tampoco lo es que frente a determinadas formas de manifestar el descontento ciudadano se blinden y se conviertan en delitos penalizados. Pero tampoco lo es que se actúe con contundencia contra lo que se considera terrorismo de estado y se olvide que la corrupción, y el privilegio de algunos puede ser motivo de amnistía y de refugio de este poder.
Todo esto convierte a un estado en cómplice de sus mentiras , de sus miserias y de sus ganas de mantenerse en el poder pese a no querer ver que esta como
el cuento de Andersen , totalmente desnudo desfilando frente al pueblo.
La imagen del poder que se pasea desnudo frente al pueblo , totalmente monárquica y feudal ,