No es lo mismo
amar la vida que
amar vivir. El acento en el primer caso está en la vida misma compartida y comunicada con los otros , o sea, se trata de vivir para y con los demás. En este sentido
quien ama la vida la vive intensamente comunicándola y lanzándose hacia los demás con estado de júbilo, alegría, entusiasmo, intensidad, generosidad, ... Porque amar la vida es hacerla amar a los demás de manera que vivir no esté centrado en uno mismo como si se tratara de un "carpe diem" a la manera de los cínicos. A diferencia de
amar vivir que en el segundo caso se sitúa la vida en uno mismo como si se tratará de aprovechar al máximo tus perspectivas y tu realidad misma. Quien vive con esta idea del amar vivir en el fondo se encuentra sometido a uno mismo para sentirse en cada instante de su tiempo lleno de felicidad y satisfacción.
Puede que en esta diferencia este una posible mirada distinta hacia la felicidad o la verdad. No son caminos excluyentes pero si pueden ser opuestos.
Quien vive en el amar vivir puede que confunda la felicidad propia con la satisfacción , con el goce de uno mismo , con disfrutarse uno mismo de lo que es , lo que puede conducir a momentos de vació o de absurdo si no se puede mantener una cierta relación con la realidad ajena a uno mismo. El que persigue este amar vivir en el fondo es un caminante sin rumbo, una especie de peregrino en tierra de nadie, un intranquilo. Quien ama vivir en el fondo no puede estarse de quedarse quieto , no contempla la vida misma, sólo se trata de evadirse con uno mismo para encontrar un único tiempo para este yo que somos todos y todas.
Quien ama la vida piensa en un caminar con rumbo, en un vivir para que en el caminar existan los encuentros de lo que es y somos cuando nos establecemos en esas pisadas entre piedras, árboles, mesetas, prados, campos... Amar la vida es aprender a vivir olvidándose de uno mismo , sin poner el acento en tu satisfacción o felicidad primera , puesto que la mirada queda acentuada en aquello que te vincula con el mundo y la realidad , con lo común de los otros .Sant Agustín plantea en sus Soliloquios este tema de forma muy clara.....
Hay quien cree que la vida le pesa excesivamente por eso se deprime, se desespera y así va perdiéndose poco a poco en si mismo , arrinconado del mundo y de los otros... Vivir es un accidente que si lo sabemos comprender bien se nos puede convertir en un regalo maravilloso.
Amar la vida invita a pensar que la forma en que queremos vivir nos describe , nos relata y nos narra bastante de eso que somos y vivimos, de lo que nos creemos que sentimos compartiendo con los otros algo de nosotros mismos. Eso no puede ser fácil ni simple, tampoco es llano ni transparente ..si que requiere riesgos y aventuras, , presagios y navegaciones ... El barco que nos lleva nos conduce donde queremos ... no hay bandera más pirata que la que llevamos con nosotros mismos acompañando la vida con un tiempo que se hace grato , amable y sincero con los otros .