"Sólo me tienes a mi para contener tus miedos " este verso pertenece a "Cementerio Marino" de Paul Valery escuchado hoy unas cuantas veces como si se tratara de un mantra.
La exposición de la pintora y artísta Ângels Roses Baeza lleva por título "Tardor" y empieza con la pérdida y el duelo de la persona amada y querida. No es un dolor de pérdida más bien es una despedida para encontrase con la metáfora de la vida verdadera entendida como un espacio de recompensa y de tiempo feliz.
En la trayectoria de esta artista el ser humano y la naturaleza siempre se han relacionado de manera muy especial. Los cuerpos humanos transmiten energía, un halo especial que con ojos y miradas parece que intentan alcanzar al espectador. Su recorrido ha ido a lo largo de los años recorriendo caminos y senderos a veces cortos, largos, escarpados, llanos, .. Sin embargo en esta exposición realmente el camino coge fuerza y en lugar de retraerse como el espectador que al entrar en la exposición podría tener una sensación de dolor y de incomodidad , se produce un trazado hacia la luz.
Efectivamente los tres tramos del recorrido parecen converger en un final lleno de luminosidad y realidad. Si el mundo es apariencia de verdad, de tierra que cubre con su humus las múltiples capas de nuestro ser como se observa en su primer recorrido , se avanza en un segundo tramo hacia los límites del camino , lo que rodea el mismo , lo que queda entre hierbas, matorrales, piedras, tierra. Las pinceladas parecen empezar a volar como si se tratara de una danza que emula las olas del mar como el poema de Paul Valery presente en todo el recorrido. En este segundo caminar parece que la pintura nos pase de espectadores distantes con la mirada primera que nos ha hecho irrumpir en la muerte y el abandono a participantes próximos a una naturaleza que nos habla, que nos susurra al oído , que nos recorre nuestras emociones y sentires más íntimos. Así conectamos con la madre naturaleza, con GEA , con esa madre que nos recoge y nos prepara en sus cuadros .
Ya no aparece más que el abrazo , el estado de quietud, de plena conciencia de ser parte de todo lo que nos rodea .. El verde inspira , el momento avanza hacia el final del recorrido , una espiral de luz, un pasar del participante próximo a la inclusión como sujeto que contempla un éxtasis final de la obra. Así de la pintura y de la técnica mixta pasa a la fotografía para poder captar la esencia del momento donde el arte se convierte así en experiencia estética sublime y sanadora.
Este final del camino , del recorrido la pintora se autoobserva a si misma , se convierte en el propio objeto-sujeto de su mirada, de su observación y así podemos escuchar, contemplar,sentir esos versos :
" la vida és vasta ,essent èbria d'absències,
I l'amargura es dolça i l'esperit clar.
Els morts ocults estan be en aquesta terra
que els recalfa i seca el seu misteri.
A d'alt migdia ; migdia sense moviment
s'observa i s'agrada a si mateix..
testa complerta i perfecta diadema ,
jo sóc en tu la secreta mudança..." Paul Valery ( traducción A.Roses)
La muerte es aparentemente un abandono , una pérdida, un adiós definitivo similar a quien pierde un amigo o una compañera o un compañero.. Pero de una experiencia lo que parece pertenecer al mundo de las sombras quizás sólo sea un momento de no-ser que irrumpe con fuerza y deja despedirnos del ser amado. La enfermedad nos configura dentro de un modo de ser que arrastra y nos empuja a querer apartarnos de lo que amamos a veces precisamente porque no deseamos separarnos de nada ni de nadie. Ese apego del enfermo a sus seres más queridos se vive con tensión, con a veces dolor y pena..pero siempre se acaba produciendo el momento de liberación , cuando ya se está preparado para marchar , para volar ,..
La vida es cambio, es transformación , es proceso, es ida y venida, olas grandes y chicas, ... así los instantes que uno permanece aferrado parece que sean eternos. Paul Valery así nos lo describe en su poema " El cementerio Marino" .
Àngels Roses ha sabido encontrar de forma bella, espiritual y natural una forma para expresar en el arte ese encuentro con una misma y superar así más allá aquello que nos constituye como seres humanos incluidos en el espacio de la naturaleza . La tierra nos recoge, la tierra nos vivifica, la tierra nos abraza como su tramo final en la exposición.
Al salir después de escuchar el audio del propio Paul Valery y recitado por la propia pintora del poema "Cementari Marí" uno tiene la sensación que ha realizado un largo viaje , un hermoso viaje al interior de la vida examinada y vivida , a esa experimentación del arte como proyecto vital que nos configura a todas como personas enlazadas.