Somos aquello que amamos , somos aquello que hemos amado, somos aquello que hemos imaginado cuando amábamos. Amélie Nothomb en su novela " Nostalgia feliz" juega con esta idea para crear.
El recorrido que nuestro espacio imaginativo nos induce nos lleva de arriba a abajo , hacia paraísos únicos e irrepetibles. El mundo es nuestra representación , nuestra interpretación del mismo , por eso al vivir este nos encontramos con aquello que deseamos pensarnos, creernos , sentirnos, emocionarnos , idearnos.
Ese camino , sendero que nos conduce en la existencia acaba siendo ese producto nuestro , de lo que pensamos vivir, de lo que sentimos vivir, de lo que ideamos al vivir ..Por eso esa existencia como forma de vida imaginada nos hace desear aquello que somos. Ese ser lo que nos permitimos ser puede ser un resultado o una resistencia.
Josep María Esquirol en su libro excelente "La resistencia íntima" nos transporta a esta idea del mundo ideado como forma de resistencia activa. El deseo es aproximación a algo que con la mano alcanzamos. Un amor hacia aquello que encontramos en los senderos de nuestra vida, un abrazo a quienes nos ayudan a compartir las ficciones que nos imaginamos como tiempos y espacios que permiten resistirnos mejor.
Ese amor que nos acompaña propone que eso que nos empuja a caminar no sea con soledad sino acompañado. De la soledad llega el amor , pero sólo sabiendo estar solos aprendemos a caminar juntos , a amar juntos, a sentirnos juntos.
Amar es un ejercicio de marchar del desierto de uno mismo para encontrar en el otro unos pasos que suenen acompasados al ritmo que uno mantiene. Los pesos que soportamos en esos amores ficticios que nos inventamos nos obligan a seguir creyendo en este amor por la vida.
No pensar que lo amado se convierte siempre en una ficción origina el malestar con uno mismo o una misma. ¿Quien no quiere pensar el mundo exclusivamente desde si mismo o desde si misma ?
Vivir de esa resistencia interior requiere coraje hacia la verdad , hacia la vida, hacia uno mismo . La estética de la resistencia se convierte así en una posición frente al caminar delante la vida como parte de las ficciones que nos creamos , que deseamos , que amamos. La resistencia permite huir de la helada sensación que el mundo frío, hostil, inhóspito nos constata , nos impone. Resistir es ir contra corriente , es ir contra los caminos estéticos de la nada , del turismo de las miradas al suelo, de las corrientes humanas alienadas por unas vidas desprendidas de si mismas.
La vida como resistencia se ejerce en silencio , en una mirada serena, tranquila que sugiere amar la vida como próxima , silenciosamente desprendida de todo aquello que nos quiere atrapar como prejuicios, etiquetas, mercados, ideas, creencias, .. No hay que creer para resistir , por eso amar es dejar de creer en uno mismo, en una misma ..
Existir como estar despierto a una resistencia que nos haga existir de forma consciente , voluntaria, estratégica, generosa, abierta , comprometida. La resistencia íntima no es estéril, es todo lo contraria es una lucha voluntaria que ejerce con uno mismo un ejercicio de liberación personal hacia los otros y otras. En la resistencia uno deja de deshacerse, disgregarse, descomponerse, se convierte así el mundo y la realidad en algo propio, próximo, cercano precisamente porque todo lo que amas te abraza, te acompaña, te dirige , te hace sentir próximo a lo ajeno.
Camino por la calle y miro , sólo miro... la sonrisa de esa mujer mayor que en su silla de ruedas todavía se permite dirigir el control de su aliento vital ; la energía del niño que juega con una simple hoja de árbol a imaginar su mundo fantástico; .... Existir es resistir para dejar de exhibirse uno frente a la necesidad que tenemos de proclamarnos al mundo como diferentes , únicos , ... En la resistencia no hay exhibicionismo social, ni personal, no hay nada más que vida , vida propia .
Por eso el resistente vive de la imaginación , de la ficción que el mundo le ofrece, de sus idas y venidas con aquello que se encuentra existiendo, viviendo, respirando, .. Soltar no es otra cosa que dejar atrás las cosas que nos atrapan y nos convierten en seres secuestrados de nosotros mismos por los tiempos pasados, futuros, ... El resistente no suelta tampoco , el resistente se sitúa en el interior de si mismo , en el sueño de su deseo, de su imaginación , de su camino como renuncia a cualquier forma de ostentación , de presunción , de apariencia.
La vida adquiere sentido en esta resistencia íntima próxima a uno mismo y a ese anónimo que sigue el camino , al respirar el aire, a sentir el sol, a tocar la arena de la playa, a mirar el mar y sus olas, a callar con la luna, a lo cotidiano como un lejano/cercano.
Todo lo que amamos se convierte en una ficción significa que vivimos de lo que creemos , sentimos, deseamos, pensamos.. Por eso amar es ficcionarnos con el presente , pasado y futuro .