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ESTÈTICA DE L'EXISTÈNCIA.
Hay veces que hablo castellano, otras catalán , otras inglés, otras balbuceo alemán que estoy aprendiendo, incluso alguna vez me gusta aprender palabras en francés. Byung-Chul Han en "Topología de la violencia" hace referencia a una idea que nos podría sugerir ciertos pensamientos que me gustaría compartir. Este pensador habla de la violencia lingüística como una violencia invisible . Para eso aclara la diferencia entre la violencia física que se penaliza y la violencia no visible que pasa inadvertida.Esta última forma de la violencia más psíquica y psicológica parece que destruye más a las personas como individuos.Frente a una violencia directa por parte de las instituciones, se podría decir que hoy existe una violencia liquida,expandida, aparentemente desnaturalizada, censurada. La violencia se queda sin espacio de exhibición. Así de la misma manera -como la verdad- hoy en día es muy dificil defenderla frente a la desinformación abundante. Esta relación violencia y verdad parece pués que camina junta y con el tema de la lengua y el lenguaje se añadirían otros factores que merecen especial atención.
Gary Snyder en "La práctica de lo salvaje" explica una anécdota que nos permitirá introducir el tema que queremos plantear . En una de las muchas veces que viajó se encontró en el Sur de California con un indio viejo que hablaba nisenan , una lengua practicamente muerta e inexistente . Snyder explica a continuación como le quiso dar la buena noticia de haber encontrado otro hablante de la misma lengua con la idea de que esta no se perdiera. La respuesta fué tajante : "mi familia y la suya no se llevan bien no quiero hablar con ella". El ejemplo ilustra como la amenaza de la extinción cultural se cruza frente al camino de los valores , ideas y pensamientos. Parece que la dignidad y el orgullo del viejo nisenan era lo único válido y verdadero.
¿Existe pues hoy en las culturas una amenaza simiilar ? Está claro que el lenguaje no és neutro , el simbolismo y la significatividad que adquieren los conceptos y las palabras no es nada trivial. Hablar por ejemplo de maltrato en la violencia de género hoy podria llevar a un gran debate sobre esa consideración de "maltrato" en una situación radicalmente tan violenta como esta. De la misma forma pasa con muchos conceptos e ideas que adquieren connotaciones y matices que sostienen consideraciones políticas determinadas. Por ejemplo usar la palabra " poder" "podemos" con la voluntad de eliminar los otros por falta de acción y activismo social. La cuestión sin embargo radica en que tanto el lenguaje como la lengua forman parte de nuestra comunicación social.
Usar en este sentido la lengua como arma arrojadiza para recriminar a los demás las debilidades, fragilidades, incapacidades me parece que sostendría la idea del viejo indio como decía antes. El orgullo parece que habla más que nada y que nadie.
Hoy en la política lingüística se contamina claramente el ambiente, se lanzan cargas de profundidad para hablar en nombre de una lengua o en nombre de otra lengua y recriminar así pués lo que hacen, dicen, proponen, sostienen, advierten.... Es un efecto viral que se propaga.
Hace poco unas amigas de Valencia y Madrid hablaban con total naturalidad de la buena organización y gestión que existe en los servicios de transporte en Barcelona. La naturalidad con la que lo hacian no dejaba dudas de la inexistencia de enemistades políticas, de culturas identitarias contrarias, de civilizaciónes enemigas.
Han nos dice "la cultura domina la peligrosa inclinación agresiva del individuo debilitando a este, desarmándolo y haciendolo vigilar por una instancia alojada en su interior , como una guarnición militar .." .La idea del súbdito que ha dejado de ser ciudadano vuelve como si se tratara del regreso a un nuevo Leviatan ha aparecer. Existe pués una conciencia moral más estricta frente a uno mismo que se olvida de los otros. Esa obediencia ciega al sistema poco a poco va calando para tener voceros que promuevan esta violencia invisible de la que hablabamos. No se si eso incrementa una agresividad social urbana más que nada que se respira en el ambiente. De ahí la necesidad de escapar a los paraisos turísticos de mundos paralelos.
En este sentido existe una violencia del lenguaje que se configura y diseña institucionalmente para ser promovida en forma de propaganda entre estos súbditos que la sostienen. La cultura mercantilizada más que nunca difunde esta publicidad lingüística que banaliza causas y efectos. Un ejemplo más en el uso de "refugiado" que en un primer momento los estados parecen usarlo hasta que la población desmontará este concepto contextualizándolo más allá del significado que se le quiere atribuir. Por eso la cultura se inventa rapidamente un enemigo a batir, aunque a veces ni es necesario inventarselo.
El lenguaje como medio para comunicarse tiene un elemento simbólico pero también un elemento más allá de este simbolismo añadido por el sujeto y por el poder político que lo usa y lo defiende.
Hannah Arendt decía que el lenguaje era pacto, acuerdo , o sea identificar lo político y lo lingüístico. La violencia es todo lo contrario porque nos convierte en sordos entre nosotros y nosotras. La desaparición del lenguaje acaba con lo político dirá Han. Pero Arendt se olvida de este elemento perverso del lenguaje , de esta violencia que se ejerce con este y que puede ir más allá de lo político.
Como forma de comunicación con el lenguaje ejercemos poder frente a los demás. Hablar no deja de ser la posibilidad de herirnos, de hacernos daño. Y tener la capacidad de comprendernos , de establecer diálogo significa precisamente experimentarnos frente a la sensibilidad y el dolor del otro.
Utilizar el lenguaje para enemistar a los pueblos, a las gentes, a las comunidades, a los estados, a las naciones es precisamente hacerse daño y hacer daño a los demás. La lengua no puede servir para negar a los otros, no puede desautorizar , ni desacreditar, ni difamar..contra la verdad. Por eso el lenguaje deja de ser informativo, comunicativo, y socialmente útil.
El budismo tal como Zizek sostiene como práctica de liberación del yo precisamente intenta deconstruir la idea de realidad que desde el lenguaje se sostiene , y en este sentido puede que volviendo a un ejemplo deberíamos estar más cerca de la experiencia del pueblo del Tibet y la China que de la que a veces estamos con nuestros vecinos.