La ley es un instrumento social que nos ayuda a regular , así como las normas, las prescripciones para configurar precisamente el derecho. En la historia las leyes han constituido la posibilidad de regular y controlar las relaciones, los intereses, las voluntades. Durkheim en su ensayo sobre "El suicidio" precisamente en su análisis social habla del concepto de "anomia " ( Un estado sin normas que hace inestables las relaciones del grupo, impidiendo así su cordial integración",) .
Esta claro que el nacimiento de la democracia tal como sostiene Alexis de Tocqueville en su libro "la democracia en América" advierte que sin normas, sin pautas , sin regulaciones establecidas del consenso y del pacto fruto del diálogo y la negociación no puede un modelo social comprenderse ni justificarse.
John Rawls en su análisis sobre la teoria de la justicia cuando analiza la filosofía de Hegel afirma que familia, Estado y sociedad civil son los tres pilares institucionales de la vida ética. Así la familia tiene una base más inmediata y natural , la sociedad civil como asociación de individuos en una universalidad formal o abstracta y por último un Estado con sus poderes constitucionales universales sustancialmente.
Esta sociedad civil se constituye en base a un sistema de necesidades (económico) en base a un sistema de administración de la justicia a través de leyes públicas , eso convierte a toda la sociedad civil en entender que "los hombres valen por el hecho de ser hombres sin otra condición o etiqueta que los convierta en mejores o peores " eso constituye la universalidad formal , o sea que los individuos organizados dentro del sistema tengan un sistema de justicia y por último en base a una corporación o policía que busca hacer cumplir la ley pero también establece los precios, la gestión social.
Rawls según Jacques Bidet , establece una idea de justicia utópica en tanto que ordena la sociedad en base a esta idea que sostiene el resto. Entender la justicia como un ideal origina problemas porque parece que sea algo fuera de lo imperativo y de su propia exigencia. Rawls de alguna manera con su planteamiento de entender la justicia como un principio regulador por su naturaleza ideal se convierte en subversivo , en revolucionario. Sin embargo parece que hoy no se entiende así tal como lo estamos expresando.
Para entender la justicia y sus leyes habría que situarse más allá del velo de la ignorancia historicista cuando se examinan las constituciones de los estados democráticos para concretar el régimen de libertad existente en ellos. Pero esta claro que para garantizar ese régimen de libertad habrá que limitar ciertas libertades en beneficio de la instucionalidad de la justicia. Rawls sostiene que sólo las instituciones pueden garantizar esa libertad limitando precisamente ciertas libertades pero no en base como el utilitarismo propondría para objetivos sociales y económicos que podrían ser más importantes que la propia libertad. Así el Estado de derecho donde existe el sentido de justicia existe la posibilidad de refrendar públicamente las leyes pero nuevamente entendiendo que sólo el sistema resultará racional si "la pérdida de libertad entraña es menor que la que prevalece en su ausencia" . Aquí Rawls se refiere al concepto de libertad negativa de Isaiah Berlin "las personas tienen la libertad de hacer algo cuando su acción está protegida de la injerencia de los demás" El sistema adecuado será pues lo razonable-racional adecuado a la libertad constitucional. Sin embargo este autor prioriza la libertad de conciencia por encima del resto. Esta exigencia de la autonomía personal de reconocer el interés y la libertad de uno debe reconocerse correlativamente con la posibilidad de libertad para los demás. Sin reciprocidad universal no hay un bien justo.
Nietzsche en ·"Humano demasiado Humano" tiene un apartado titulado "ojeada al Estado" donde habla de la demagogia como esa influencia sobre la masa de los partidos políticos donde los principios se sostienen como grandes estupideces (citando a Voltaire : cuando el populacho se pone a razonar todo está perdido) .
Llegados a este punto la ley parece a menudo justificar una determinación social para regularse uno a si mismo, regular a los demás, conducirnos a nosotros mismos, conducirme a mi mismo por el sendero social fruto de esa jusitica que nos protege. Sorprende que el uso y abuso de la norma venga acompañada en momentos de un aparente kaos social para convertirla en la paradoja de las libertades sociales e individuales. Sin caer en esa idea de obediencia y hombres y mujeres de ley , que parece muy perversa , esta claro que más allá de cierta defensa de la libertad apelando a la ley se confunde a veces la vida social con la vida en común o en comunidad. Gobernar es una cosa distinta a vivir en sociedad o dentro de la sociedad. El recurso de la ley para prescribir las acciones y los actos, gestos y palabras en el ámbito social debe poder garantizar no sólo la libertad común sino también la libertad individual de cada persona. Ser amante de la ley no significa necesariamente ser amante del orden de lo establecido.
En ese sentido si la ley sirve como arma arrojadiza para establecer un orden social impuesto más que compuesto puede que estemos convirtiendo las sociedades democráticas en valores despóticos ilustrados. El "callar y obedecer" del Estado de Federico de Prusia obligaba a un modelo de convivencia sostenido en la falta de autonomía ética de las personas y pueblos.
Puestos también a sorprendernos con eso de legalidades y legitimidades , advertimos que a veces sucede cierto choque de libertades para creer en la idea de encerrar al vecino para proteger y convencerse uno de su buena salud mental. En un artículo de la catedrática de ética valenciana
Adela Cortina a quien admiro mucho por sus trabajos decía que no se había producido
represión durante el franquismo en Cataluña , cosa que advertía para situar el problema en la lucha obrera y la resistencia social como el cineasta Joaquim Jorda supo retratar muy bien. Y aquí estaría la base de la lucha de las libertades en función de la ley , o sea, en entender el deber social como única causa común para ir contra la ley que coarta y elimina voluntades personales y comunes.