La capacidad de parecer lo que no figura en ninguna fotografía sea en formato de selfie o de instantánea desvela la sinceridad con lo que somos. Somos lo que aparentamos , las formas que con los gestos presentamos a los demás y a nosotros mismos. La espera de la muerte es un gesto de reflexión, de meditación sobre esperarla , y ella sin previo aviso nos despierta del verdadero sueño que es la vida. Vivir es un accidente, fortuito, azaroso, casual, donde la adaptación a lo que mostramos convierte la mente, el cuerpo y el espíritu en ventanas abiertas o cerradas hacia una misma. La muerte coge desprevenida a cada una de nosotras nos convierte en presas fáciles de una vida frágil y desconcertante.. Esperar podría ser el nombre de una mujer , Esperanza , el desarrollo encarrilado hacía el final del deseo , de algo que quisieras poseer sin embargo la vida no es deseo sino más bien voluntad, acción, decisión, ... En el deseo hay juego, hay amagos y subterfugios para convertirnos en deseosos de lo que esperamos que no llega nunca, no hay limite para el deseo del desear ...a diferencia en la voluntad hay desesperanza , hay presencia, hay momento eterno, causa de todo lo que haces y vives ... Sin esperar la muerte , llega, sin desear la muerte, llega, sin nada más que la voluntad de hacer llegas al final, sin más.