Estaba acostumbrada a ser feliz . La costumbre es algo con lo que se cuenta siempre , donde ya no hay preguntas que una se hace. Como consejera la costumbre forma parte del vestido que a una le cubre todos los días sea verano, primavera, invierno o otoño. Ese estado Me permitía quererMe algo más que la mayoría de gente . No era casual que viviera como desprendida de cosas, en un desierto de espacio en blanco . Sola Me sentía bien . Un bien que la psicologia Me advertia desde siempre que no era conveniente utilizar sin pensarlo dos o tres veces Y ESO Me lo decía a mí misma una y otra vez. "Es que estoy la mar de bien" La ataraxia fuera de Epicuro o de Sexto Empírico o de Diogénes de Sinope era una bendición presente en todas las horas del día. Acaso no vivia en una permanente sensación de desamparo total y ausente de quehaceres básicos que Me exigieran estar obligada a ser, sentir, pensar, hacer ? Eso era una de las cosas que Me llevaba a ese estado originario de felicidad . Ahi entraba absolutamente todo aquello que dejaba de señalarMe con el dedo y observarMe con la mirada y Me hacía permanecer desatenta a todo , o sea, no tener nada absolutamente especial que decidir. No era ninguna sensación absurda, incoherente, angustiosa sinó más bien lo contrario porque Me permitía dejar de hacerMe preguntas. No hay posición más innecesaria que aquella que te lleva a la pregunta como un mecanismo arcaico y cerrado que la de convertir el arte de preguntar en una cuestión con una misma. La filosofía debería dejar de hacerse preguntas , románticas preguntas para darse un protagonismo y fomentar su poder de vanidad . En la pregunta siempre hay trampa . Ya se busca la respuesta que se desea encontrar . La filosofía no debería ser el prototipo de saber de quien busca en el interrogante una salvación frente a una misma. Por eso no me hago preguntas. Ninguna, absolutamente ninguna. Precisamente eso me ha llevado a entender que vivir es respirar , caminar, pasear, comer, beber sin más , sin nada más... >La costumbre ofrece esa oportunidad de no buscar nada romántico en una vida feliz porque en esta no nos hacemos a nosotras mismas un psicoanálisis eterno sobre lo que somos, hacemos, sentimos o padecemos .. Así que deja de preguntar por favor - le dije aquel día a mi amiga Montse que andaba cansandome tantas tardes de soledad sonora con preguntas dirigidas a mi corazón y eso me estaba destrozando pero creo que también a ella le prococaba cada día más una hurticaria epidérmica grande. Deja de preguntar - por favor no sigas más insistiendo en que filosofar es aprender a hacer buenas preguntas más que a generar respuestas y entonces me creyó para siempre . Ahora vivo feliz .