Lectura de Amélie Nothomb (1)
Marcos Santos Gómez
He leído dos libros breves de Amélie Nothomb, autora que no conocía y que un amigo me ha recomendado, o por lo menos, me ha hablado de ella. El primer libro, titulado Cosmética del enemigo, es una novela muy corta y perfectamente hilada, basada en un diálogo entre un personaje que espera en el aeropuerto por el retraso de su vuelo y un desconocido que viene a incordiarle. El desarrollo del diálogo, in crescendo, va convirtiendo la situación desde un anodino esperar al avión a un proceso por el que al hombre acosado se le van activando viejas pesadillas hasta que afloran sus peores fantasmas. El suspense es magnífico, no decae el ritmo en ningún momento y se trata de una buena historia que entra bien, con facilidad, en parte por el uso de un estilo muy sencillo y directo, nada retórico. Quizás es un ejemplo de un tipo de literatura que se hace hoy de la que se puede aprender sobre todo justo eso: un uso muy poco retórico, culto o artificioso en el modo de expresarse. Son obras de prosa rápida, directa. Además, la historia que cuenta, el trasfondo insano y neurótico, la coacción de un personaje al otro, me son bastante familiares por el tipo de historias y narradores “al borde del colapso” que a mí me gusta también imaginar. En este caso, alargado más allá del formato de un cuento, aunque no me atrevería mucho a insistir en que se trata de una novela. En realidad es una única historia que como un río va discurriendo entre algunos meandros que podría ser relato largo. En todo caso, se halla justo en el límite entre cuento y novela, creo.
El segundo libro, Estupor y temblores, ya sí con algo de mayor variación en la trama, con más extensión, usa un lenguaje aún más directo, muy sencillo, sin excesos de digresiones o retórica, para contar la experiencia real de la autora como acosada empleada de una gran empresa en Japón. El tema me ha llegado al alma porque más allá del Japón que adoramos, está tal vez el Japón real que entre otras características menos gratas tiene su fuerte sentido de la jerarquía y del poder en la empresa. La protagonista narradora vive esto, un descenso que aumenta cuanto más eficiente es, paradójicamente, y en el que la empresa ni le agradece ni valora sus grandes cualidades, ni la premia, sino, todo lo contrario, la humilla y va desacreditando hasta terminar en una ignominia que acepta con resignación. La autora, Nothomb, que adora su país adoptivo, donde nació, del que conoce y ama todo: su lengua, sus bellísimos paisajes, la literatura que a todos nos ha fascinado, se topa ahora con una realidad dura y cruel de racismo velado, machismo, abusos de poder, feroz competitividad y rivalidad entre iguales, sometimiento absoluto a los superiores, humillaciones, etc. que, confiesa, le modifica sus primeras ideas forjadas en el paraíso de una infancia feliz en tan bello país.
Obras leídas:
Amélie Nothomb, Cosmética del enemigo, Anagrama, Barcelona, 2003; Estupor y temblores, Anagrama, Barcelona, 2000.