Tengo la sensación de que estoy a punto de descubrir el secreto de los secretos de la vida de Caridad Mercader: quién era el aviador francés por el que abandonó a su marido y cambió Barcelona por un pueblecito de Las Landas francesas, llevándose con ella a sus cuatro hijos, el menor de tres años. En ese pueblecito vivían todos en una granja próxima a un bosque al que iban a coger trufas con la infalible ayuda de un cerdo. El francés le regaló a Caridad, que era una magnífica amazona, una yegua con la que jugaban los niños y a la que ella puso el nombre de Conchita. He contactado con los descendientes de aquel amante. Y prometen ayudarme. Parece que el aviador tuvo un accidente con su avión en un vuelo de París a Alicante y que mientras se reponía en Barcelona conoció a Caridad... y así empezó todo.