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El café de Ocata
Nietzsche: “Una importante ampliación del concepto – la opereta española La Gran Vía, que he escuchado dos veces, un acontecimiento madrileño de primer orden. Algo que simplemente no puede ser importado; se tendría que ser un pícaro y el demonio mismo, un tipo instintivo y solemne a la vez… Un trío de tres solemnes, viejos e inmensos villanos es lo más fuerte que he visto y oído… incluso en música: el genio no se puede formular. Pongamos por caso a Rossini, de quien conozco bastante su obra –ocho de sus óperas– y elijamos nuestra favorita, La Cenerentola, para compararla: pues bien, resulta mil veces más inocente cuando se confronta con las obras españolas. Sólo un completo pícaro podría concebir hasta el mero argumento; el modo en que los villanos aparecen en escena como un relámpago parece un juego de manos. Cuatro o cinco números musicales que merecen ser escuchados… La bella Helena de Offenbach escuchada inmediatamente después palideció tristemente. Me marché. Dura una hora exacta…”