A J.S.M.
Hoy he hablado del Banquete de Platón en la Nueva Universidad de Bulgaria. He desarrollado las siguientes ideas:
- Para Platón hay dos perspectivas privilegiadas sobre la realidad: la de la filosofía y la de la poesía (entendida en sentido amplio, como creación literaria: poesía, comedia, tragedia). Eso significa que para él la principal alternativa a la filosofía no era ni la ciencia ni la religión, sino la poesía. La ciencia no podía serlo, porque tal como la concebía él, era una parte de la filosofía; en cuanto a la religión, hay que recordar que los griegos no disponían de una palabra para lo que entendemos por religión. Ellos hablaban de «piedad», pero para Platón la filosofía, bien comprendida, es la verdadera piedad.
- La poesía es la única alternativa seria a la filosofía porque es capaz de conmover a los hombres más profundamente. Domina el arte de la convicción mejor que la filosofía. Es más directa e más inmediata. La filosofía no sabe inflamar a las masas sin ayuda de la poesía. Precisamente por eso Platón escribió diálogos y no tratados.
- El Banquete es el diálogo en el que Platón sitúa a Sócrates frente a un autor dramático (Agatón) y un autor de comedias (Aristófanes). Es decir, sitúa a la filosofía frente a aquello que los literatos consideran superior a la razón: el arte de la representación.
- Dado que la ciudad necesita de consensos entre ciudadanos muy diversamente inteligentes, el arte de la representación posee una dignidad política superior a la filosofía.
- Aquello que en el hombre necesita ser representado para conocerse a sí mismo, es eros. Sócrates es el único orador del Banquete que niega la divinidad de eros.
- La representación de eros tiene dos posibilidades: la política y la filosófica. La primera sigue las formas arquetípicas de la excelencia humana en las que cree una ciudad. Y aquí la mediación poética es imprescindible porque la poesía ha tenido un éxito indudable a la hora de establecer una relación sólida entre la vergüenza y las acciones malas, y entre el honor y las acciones bellas. El eros filosófico sigue otra vía… no propiamente política, que lo expone a la acusación de los poetas (Aristófanes acusando a Sócrates) ante la ciudad. Su acusación: ser un mal ciudadano.
- En el Banquete no hay ganadores: lo que se desarrolla es una fenomenología de la pugna entre poesía y filosofia. En cualquier caso los poetas no son vencidos por Sócrates, sino por el sueño.
- La "epopteia" de la que habla Diotima es la comprensión del Banquete.