"Internacionalmente defienden a Snowden mientras, en Ecuador, promueven y aprueban una nueva ley que persigue y castiga ferozmente a todo periodista, y todo medio, que se atreva a difundir “información reservada”. Lo mismo ocurre aquí. Maduro sale por el planeta denunciando al imperio y denunciando que “Estados Unidos espía a todo el mundo, se le mete en el teléfono a todo el mundo” mientras, en Venezuela, se desarrolla una inaudita red de espionaje oficial.Cualquiera puede ser grabado, filmado. Cualquiera puede ver su intimidad, su ejercicio personal de la libertad, multiplicado de pronto en todos los medios del Estado. Estar pinchado es casi tan normal como tener cédula de identidad.Estar pinchado es un derecho revolucionario".
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