Me envía un genio de la pedabobía una especie de razonamiento cuya conclusión es que en cuestiones educativas "no estamos tan mal".
Ya me temía yo que si no nos gustan los resultados de PISA tarde o temprano acabaríamos riéndonos de PISA.
Comienza la luminaria pedagógica diciéndome que soy un catastrofista porque tener 25 puntos más o menos en la escala PISA tampoco es para tanto, porque esta prueba sitúa su media en 500 puntos, por lo que un país que tenga 484 puntos (España en matemáticas), tendría 4,84 en una escala de 10 y otro con 494, tendría 4,94 (es el caso de la OCDE). Así que las diferencias entre España (4,84) y la OCDE (4,94) es una nimiedad.
Ya lo ven ustedes, el que no se conforma es porque no quiere.
Reconozco que la diferencia entre 4,84 y 4,94 es irrelevante si tratamos de céntimos de euro, pero sería muy inquietante si tratamos de miles de millones de euros. ¿O no?
Así que lo que está en cuestión es el valor que le damos al conocimiento.
¿Pero podemos dar valor económico al conocimiento?
Según el profesor Jesús García Montalvo, de la UPF, mejorar 25 puntos en PISA, es decir 0,25 en la escala de 10 podría incrementar la riqueza española en 3.100 millones de euros, aproximadamente un 3% del PIB. Yo no soy -ni mucho menos- especialista en estas cuestiones, así que me gustaría conocer la opinión de los expertos (Lacasa, en ti confío). En cualquier caso, si García Montalvo tiene razón, aunque sea aproximada, la diferencia entre España y la OCDE es más que relevante. Y más relevante es aún la diferencia con Singapur (5,6).
En resumen, si tener 25 puntos más o menos no es para tanto, tengámoslos de más.