Este año, por primera vez, se exige a los jóvenes que quieren hacer magisterio en las universidades catalanas, que hayan aprobado los exámenes de catalán y castellano en selectividad con un 5 de media y un mínimo de un 4 en cada de estas dos lenguas. No parece, a primera vista, que sea mucho exigir, ¿no les parece?
¿Qué ha pasado?
Pues que han caído en picado las solicitudes para hacer magisterio y, en correspondencia, han bajado también las notas de corte.
La calificación mínima para cursar Educación Infantil en la UB pasa del 9,163 (atención, tal como se contabilizan las notas, del expediente, de selectividad y las materias optativas, un alumno puede llegar a tener un máximo de 14 puntos) del año pasado a los 7,402 de este. En la UAB, la nota de Educación Infantil baja del 9,100 al 6,276. En Gerona, Lérida y Tarragona se puede cursar con un 5.
No quiero ni pensar lo que hubiera pasado si, como pretendía inicialmente la Consellera Rigau se hubiese exigido a todos los candidatos un 6 de media en las tres lenguas: catalán, castellano e inglés.