Ernst Haas. Vienna. 1946
La gracia de la vida está en que no se deja atrapar por ninguna teoría. Por eso mismo deja perplejos a los que la quieren pensar como la parte práctica de su teoría, es decir, a catedráticos de ética, políticos, jugadores de lotería, economistas, predicadores, vendedores a domicilio y programadores de televisión. Las teorías no son sino perspectivas parciales sobre la vida. Y lo que salva a la vida es siempre lo que no cabe en la teoría.