En realidad van ganado. La razón es muy sencilla: ellos están dispuestos a hacer por sus convicciones mucho más que nosotros por las convicciones que no tenemos. O dicho de otra manera: ellos tienen convicciones y nosotros miedo. Pero las convicciones se afirman, mientras que el miedo tiende a evitarse. Así que lo olvidaremos en cuanto podamos. De aquí a unos pocos días... siempre y cuando se mantengan esos pocos días en silencio.