Por la mañana supe que volveré a la Universidad Nueva de Bulgaria. Mi destino está ligado a este país y, de hecho, su conocimiento ha sido uno de los regalos grandes que me ha deparado la vida.
Después conseguí ponerme en contacto con el hijo de un militar norteamericano que tiene cosas interesantes que contarme sobre Carmen Brufau.
Comí alcachofas de Tudela.
Por la tarde, invitado por Betona Comín estuve hablando en la AFAEC (la asociación de padres recién constituida de la Associació Escolar Catalana). Me las vi, en Les Cotxeres de Sants, ante más de 400 personas, pero con la sensación, desde el primer momento, de que estaba jugando en un campo amigo. Creo que tuve éxito intentando convencer a los presentes de que son mejores padres de lo que muchos de ellos creen. Después de media hora (larga) de charla, Francesc Canosa, Roger de Gràcia i Anna Manso (autoproclamada como “la peor madre del mundo") me hicieron una especie de entrevista que acabó siendo una charla entre amigos.
Después, con otros amigos, cena: huevos fritos con patatas y jamón, y vino, claro.
A las doce de la noche, mientras volvía a Ocata en el último tren, recibí dos mensajes de correo. Uno de Betty Minc desde París que me contaba cosas muy jugosas de Caridad Mercader y otro del hijo del abogado mexicano de Ramón Mercader, desde México, que me contaba cosas no menos jugosas de Ramón Mercader.
Y hoy, además, me he levantado con el alma de ayer.