Poco después de las 8 de la mañana del 25 de marzo de 1935, cuatro miembros del Cuerpo de Guardias de Seguridad de la cárcel de Madrid salían a la calle tras hacer el relevo y se dirigían a sus casas. Al llegar al cruce de la calle Altamirano con Marqués de Urquijo les salieron al paso tres pistoleros que abrieron fuego contra ellos. Dejaron dos muertos y un herido grave. El cuarto guardia salió indemne porque al oír los tiros se dejó caer al suelo y se hizo el muerto. Los asesinos huyeron en un coche que los estaba esperando en las proximidades. He descubierto a uno de los asesinos. ¿Y qué hago ahora yo con este descubrimiento? ¿Tengo derecho a presentarme ante sus hijos -los conozco- y sus nietos y decirles, sabéis qué? ¡Vuestro padre y vuestro abuelo era un pistolero!