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En la primera parece que se defiende, al menos indirectamente, la escolarización en casa. Hace tiempo que vengo diciendo que el proceso no ha hecho más que comenzar y que será imparable. Forma parte del ADN de la posmodernidad. Si no queremos que nadie nos diga qué tenemos que hacer, pensar o ser, ¿qué papel le queda a la escuela?
Sobre la segunda, esperar y ver. Alguna vez hablaré de con qué criterios se dan los conciertos. Pero parece que no hay nada más segregador "en función del origen" que la educación en casa.