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El café de Ocata
“Ha leído muy poco a lo largo de su vida, y ahora ha renunciado a toda lectura; ha visto muy poco y no tiene ningún tipo de curiosidad por ver u observar. Propiamente hablando, ha reflexionado y estudiado muy poco y, desde luego, no tiene mucho conocimiento. Durante toda su vida se ha limitado a sentir; y en este aspecto su sensibilidad se eleva a un nivel que va más allá de cualquier otro ejemplo que yo haya visto. Sin embargo, esta sensibilidad le hace más susceptible de sentir dolor que de sentir placer; es como un hombre que hubiera sido despojado, no sólo de sus vestidos, sino también de su piel”.