Me envían el cuaderno escolar de un niño francés de once años del curso 1959-1960. La primera página está dedicada a la moral y la encabeza el siguiente texto manuscrito: "La escuela desarrolla nuestra inteligencia, forma nuestra conciencia y nuestro carácter y hace de nosotros hombres de bien". Casi lloro de emoción. Encuentro a lo largo del cuaderno algunas perlas -no olviden que hablamos de la escuela republicana francesa- que no me resisto a copiarles:
- "Trabajo, esfuerzo, disciplina. Estas son las virtudes del buen escolar".
- "Hay que hacer cada día un esfuerzo para ser un poco mejor que el día anterior. Coraje".
- "La escuela es una segunda familia y los escolares deben ser como hermanos".
- "Vete a donde quieras, que allí te encontrarás con tu conciencia".
- "El bien no tiene siempre recompensa. Hay que hacer el bien por el bien, no por la recompensa."
- "Todo en la vida está sujeto a deberes. Serles fiel: aquí está el honor. No respetarlos: aquí está la vergüenza".
- "Es un deber común vencer el miedo y aprender el coraje."