12:00
»
El café de Ocata
Siendo jefe militar y, por ende, señor absoluto de una provincia de China, Jsu invitó a comer a un rival que le creaba abundantes problemas políticos. "La comida fue exquisita y refinada, salpicada de epigramas improvisados en cuartetas, arte en el que, por lo visto, son maestros los chinos aunque sean generales, de modo que huésped y anfitrión rivalizaron esta vez en poesía epigramática". Terminada que fue la fiesta culinaria y poética, Jsu expuso a su invitado que lo menos que podía hacer para agradecérsela era permitirle que la guardia armada que esperaba en el patio le cortase la cabeza, por ser el único objeto que creaba desorden y discordia en la provincia. El huésped consideró la propuesta muy razonable. "Muy bien", concluyó Jsu. "Tenga la bondad de bajar al patio y mis guardias se encargarán de lo demás".
Salvador de Madariaga. Memorias.