Siguiendo con mi peregrinación por el siglo XIX, hago esta noche parada en los
Escritos políticos de Balmes, en cuya compañía pienso pasar unos días. Acabo de despedirme de Valera y ya sé que notaré -he empezado a notarlo ya- la merma de calidad de la prosa, pero no tengo duda de que hallaré en el de Vic abundantes motivos para la reflexión.
El libro se abre con esta introducción: "En momentos de cansancio y disgusto todos condenan el hablar de política, pero nadie habla de otra cosa (...). 'No quiero pensar en política': así hablan algunos; pero la dificultad está en que los sucesos os forzarán a ello; si el edificio arde, no vale el permanecer tranquilo en un departamento imitando al literato, a quien avisaron de que había fuego en la casa, y respondió muy sereno: ¡decídselo a mi mujer, ella es la que cuida de los asuntos caseros'".