Hay en el extremo norte de Siltolá un cabo sin nombre que merecería estar reservado a Chateaubriand. Sería suficiente con una humilde cruz de hierro medio herrumbrosa entre las rocas y esta inscripción a sus pies: "Un grand écrivain français a voulu reposer ici pour n'y entendre que le vent et la mer". Eso sí, el lugar ha de ser agreste y poblado de aves de paso, para que el visitante pueda sentarse a leer junto a la cruz: "Homme, la saison de ta migration n'est pas encore venue; attends que le vent de mort se lève, alors tu déploieras ton vol vers ces régions inconnues que ton coeur demande! Levez-vous vite, orages désirés, qui devez emporter René dans les espaces d'une autre vie!"
A mi amiga B., a la que debo respuesta, para que sepa que la distancia no es el olvido.