Con la cabeza llena de fantasmas.
Resulta que no hay nada más difícil que fundamentar tus convicciones. Por eso, si un día la religión desaparece, le sobrevivirá la fe, dado que sin convicciones no podemos levantarnos de la cama.
La función de la cultura es alejarnos de la naturaleza y entregarnos al relato. En este sentido, la religión cristiana es la manifestación cultural más clara, puesto que nos deja en manos de la Providencia. De ahí que Nietzsche tenga razón al insistir en que renaturalizar al hombre significa verlo fuera de los focos de la Providencia. Pienso que su "eterno retorno de lo mismo" es sólo la posición polémica que se ve obligado a tomar para pensar lo otro del relato.
Pero lo que queda entonces es un animal asustado por la proximidad de la naturaleza y necesitado de algún sustituto laico de la Providencia que le entretenga la espera. Eso es lo que creía que podría conseguir con el arte. Si el arte le falla -como le falla-, le queda sólo una alternativa: correr por la historia como una gallina sin cabeza. No importa la dirección. Lo que importa es que mientras corre, huye y va enhebrando oraciones subordinadas. La sintaxis es correr.
Al final ya sabemos que es la Naturaleza la que se reserva la última palabra y convierte las palabras en aire y la escritura en agua, y el aire y el agua en fuego, y el fuego en nada.
En la Sede de la Conferencia Episcopal Española hablé de San Nihilismo. O sea, del Viernes Santo, y más de uno me miró perplejo. Pero si alguien puede ser capaz de rezarle un Padre Nuestro a San Nihilismo, ese es el cristiano.
- Espero no estar diciendo ninguna barbaridad -les dije.- No, no -me respondieron- sigue, sigue.
La respuesta es seguir.
¿Se entiende lo que quiero decir?