Estoy leyendo este gran libro -realmente, dicho sea de paso, el catálogo de Libros del Asteroide es impresionante- porque con la primera frase me reencontré con la gran literatura. Me gusta esta prosa densa, un poco untuosa a veces, pero que discurre con naturalidad, con el ritmo adecuado para crear atmósferas intensas, ligeramente irreales por hiperreales, por las que se mueven los protagonistas intentando buscar a tientas una salida a cualquier parte. Cada página es una sorpresa, pero la de la página 156, ha sido una sorpresa muy especial:
"Del termo abierto salía humo, y su superior contempló la imagen de la Biblia: La Virgen vestida de azul, leyendo en un prado en flor. Mientras bebía, una gota de café resbaló por el costado de la taza, pero quedó suspendida en el aire."
El protagonista, Walter, ha solicitado a su Sturmbannführer la libertad de su amigo de la infancia, Fiete, al que al día siguiente tendrá que fusilar por desertor. Apenas tiene 18 años. Se acaba de casar por poderes. Su mujer está embarazada. Walter le dice que, si es preciso, lo cambie por él y que lo envíe a la primera línea de frente, si lo considera necesario. El Sturmbannführer lo saca de su despacho a gritos y continúa leyendo la Biblia.