He participado esta tarde en el Ateneu en una mesa redonda en defensa del humanismo. Mi intervención ha seguido este esquema:
1. La invasión vertical de los bárbaros.2. El humanismo continúa siendo posible. Aún somos contemporáneos de Sócrates.3. Además de posible, es indispensable. Para conocer las cosas humanas, las ciencias sociales despistan.
Entre otras cosas he dicho que los humanistas, y sólo los humanistas, disponemos de buenos argumentos para defender que no somos nuestro cerebro y, además, que tenemos alma. Los no humanistas, por supuesto, que se reduzcan, si lo desean, a su cerebro y, si se les antoja tener un yo en lugar de un alma, que lo tengan. ¡Allá ellos!