Sagasta a Silvela en el Congreso, el 12 de mayo de 1876:
“Esto me recuerda el cuadro de un pobre loco que víctima de la manía de creerse un gran pintor, tenía en la celda que le estaba destinada en el manicomio un gran lienzo tapado con una gran cortina. Cuando alguno de los que visitaban el establecimiento se llegaba a aquella celda, y era persona digna, en opinión del loco, de admirar aquella maravilla, le llamaba aparte y le decía con mucho misterio: "voy a enseñar a Vd. un gran cuadro;" y tomando todas las precauciones necesarias para que ninguna otra persona le sorprendiera, iba poco a poco descubriendo el lienzo, en el cual no había ni una línea, ni un trazo, ni una pincelada; y cuando lo había descubierto todo, decía muy satisfecho a la persona que le acompañaba: - Aquí tiene Vd. el paso del mar Rojo.El visitante, atónito al no ver nada, le preguntaba: - Pues, ¿y el mar?. - El mar se ha retirado -contestaba el loco-, para dar paso a Moisés.- ¿Y los israelitas?- Todos han pasado ya. - ¿Y has huestes de Faraón? - Esas todavía no han llegado.