En 1936 Dalí le escribió a Jaume Miravitlles desde Paris proponiéndole la creación en Barcelona de un departamento denominado “La Organización Irracional de la Vida Cotidiana” del que el propio Dalí, por supuesto, sería el jefe.
“No te necesitamos”, le contestó Miravitlles, “la irracionalidad ya está perfectamente organizada”.