He pasado dos días en Murcia hablando y, sobre todo, aprendiendo; pero también aprovechando las ocasiones de ampliar el círculo de relaciones. "Cuando vayas al mercado, no te olvides de hacer un amigo", decía un filósofo griego. La vida es un frente amplio. Tan amplio como tus relaciones, que en esta tierra tan feraz enraízan fácilmente. No tengo dudas: volveré.
Fui invitado por el Consejo Escolar de la Región de Murcia. Dudo que haya otro más dinámico en toda España. Les hablé de educación y transparencia y me dio la sensación de que no les resultaba indiferente lo que me oían decir. Pero antes de llegar al lugar de la conferencia entré al Museo Arqueológico, a saludar a los íberos.
Si hay una sección dedicada a los íberos en un museo español, es imposible salir defraudado. La Región de Murcia bien se merece un viaje de varios días para seguir la ruta de sus museos arqueológicos. Quizás algún día...
Me ha sorprendido este vino, que acompañó de manera muy adecuada a una larga conversación en la que Leo Strauss estaba invitado.
Murcia es uno de esos lugares en los que no se deja nada en la mesa. Se rebaña hasta el canto del plato.